Los venerados íconos de la Madre de Dios atraen poderosamente al pueblo ruso
El esplendor del pasado zarista, un buen ropaje para encubrir la herencia stalinista
El Picadero de los tiempos imperiales
El archimandrita Tikon y el presidente Putin,
la autoridad religiosa unida a la autoridad civil en la promoción de un
misterioso cocktail autocrático con apariencia zarista y cristiana que
disimula las esencias stalinistas
Según la
agencia AFP, un venerado ícono de la Ssma. Virgen con fama de milagroso, que atrae
multitudes de fieles, y una interpretación a medida del reinado de los Romanov,
que ensalza la vieja autocracia, presentadas en una feria organizada por el
gobierno y la Iglesia
“ortodoxa” rusa, está teniendo un éxito sin precedentes en Moscú.
La
exposición “La Rusia
ortodoxa. Los Romanov”, iniciativa del archimandrita Tikón –autoridad religiosa
próxima al presidente Putin-, es vista diariamente por 17.000 visitantes.
El éxito
que –según AFP- acompaña la muestra ha llevado al propio Putin a extender por
decreto el horario hasta la medianoche, y la fecha de cierre –ya vencida- hasta
el 26 de noviembre.
“La
presencia del Icono Feodorovskaia de la Virgen María, protectora de los Romanov y con
fama de milagrosa, juega un rol esencial (…). Los visitantes se apretujan
delante de este ícono raramente expuesto al público, para prosternarse y
besarlo” (“Le Quotidien”, 19.XI.13).
El
visitante, profundamente motivado, es invitado a continuación a “redescubrir la
historia de Rusia bajo el reinado de los Romanov”.
Pero en
lugar de exhibir objetos de época, la exposición –gratuita- presenta a su modo
la historia en gigantescos paneles que muestran cómo el país se agrandó
constantemente en esos tiempos, y que Rusia, a principios del siglo XX (antes
de la Revolución
bolchevique) era una potencia mundial.
Los
organizadores han querido “restablecer los hechos, sin comentarios” (¡!), haciendo
la apología de la estabilidad y de un poder fuerte en Rusia, y denigrando toda
forma de oposición. Un mensaje a medida para la Rusia de V. Putin, el
antiguo jefe de la policía soviética.
Al no
encontrar un punto de apoyo en el presente, el Poder lo busca en el pasado,
dice el historiador Vitali Dymarsk, valiéndose “tanto del pasado zarista como del staliniano, para mostrar que el país debe ser fuerte”.
Hasta la
rebelión de los decembristas (1825), que pedían una constitución, es presentada
como “un complot de los franc-masones” –algo muy a propósito para la audaz
tentativa de Putin de presentarse, ante movimientos europeos considerados de
derecha, como el campeón del Cristianismo y la tradición.
Las
“lecciones” de historia de Putin no son demasiado sutiles, están al alcance de
quien las quiera ver: “demasiado a menudo en la historia nacional, la oposición al poder es en realidad una
oposición a la propia Rusia”. Cuántos dictadores revolucionarios de Oriente
o de Latinoamérica –muchos de ellos amigos de Putin, como el régimen de Cuba y
de Venezuela- están empeñados en “redescubrir la historia nacional” y son
paladines de esa fórmula!
Conociendo
bien el alma rusa, como antiguo jefe de la ex KGB (la temible policía
soviética), experto en guerra psicológica , Putin quiere deslumbrarla con el
Icono de la Ssma. Virgen
protectora de la
Familia Imperial, con los esplendores de la Monarquía, con el
espejismo del país fuerte realizando
una simbiosis, como por arte de magia, con el stalinismo, brutal negación del cristianismo y la
monarquía. El archimandrita Tikón inciensa el proyecto consagrándolo ante el
desgraciado pueblo creyente.
¿Qué
nueva amenaza se estará gestando en la
Rusia inconmensurable, contra cuyos errores alertó la Virgen en Fátima?
Fuente informativa: http://www.lequotidien.lu/culture/50658.html
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