Memento…
ORACION ABRAZADA (Prière Embrasée)
San Luis María Grignion de Montfort
Agradecemos a Nobleza.org la gentileza de permitirnos publicar esta magnífica Oración
▪ Traducido del original francés por la
Redacción de Nobleza.org
▪ La división en días,
título y subtítulos -que se presta para meditaciones diarias- es tomada
de Preces(*)
◊ San Luis María Grignion de Montfort
compuso esta oración teniendo en cuenta a los Apóstoles de los Ultimos Tiempos.
En nuestra época, marcada por las graves advertencias y promesas de Fátima, la
aflicción de la Santa Iglesia es tan universal y profunda que, con algunas
adaptaciones, se pueden aplicar estas palabras de fuego: que el Inmaculado
Corazón de María nos conceda Sacerdotes y Apóstoles laicos -semejantes a estos
admirables misioneros de que nos habla el Santo- que, como instrumentos de la
Virgen Santísima, logren la exaltación de la Esposa de Cristo y la derrota de
las huestes infernales (Cfr. “Preces”, VI Semana de Estudios
de “Catolicismo”, A.D. 1958, pp.7/21, Impr. Assumpção Teixeira S.Paulo, para
Boa Imprensa Ltda., Campos, RJ)
ORACION PIDIENDO APOSTOLES
PARA LAS ACTUALES CALAMIDADES
1º DÍA: SUSCITAD HOMBRES DE VUESTRA
DIESTRA
[1] Memento,
Domine, Congregationis tuae, quam possedisti ab initio* (cf. Ps 74
[73], 2). Acordaos, Señor, de vuestra Congregación, que habéis poseído
desde toda la eternidad, pensando en ella en vuestro espíritu ab initio;
que habéis poseído en vuestras manos cuando sacasteis el universo de la
nada ab initio; que poseíste en vuestro corazón cuando vuestro
querido Hijo muriendo en la cruz la regaba con su sangre y la consagraba por su
muerte confiándola a su Madre Santísima. Memento Congregationis tuae
quam possedisti ab initio*.
(*) Acuérdate de tu congregación, que
ha sido desde el principio tu posesión. Cf. Antiguo Testamento, Vulgata,
Cultural SA, Madrid.
[2] Escuchad, Señor, los designios de
vuestra misericordia; suscitad hombres de vuestra diestra, tales como los
habéis mostrado, dándoles conocimientos proféticos, a algunos de vuestros
mayores siervos, un San Francisco de Paula, un San Vicente Ferrer, una Santa
Catalina de Siena, y a tantas otras grandes almas en el siglo pasado y aún en
éste en que vivimos.
[3] Memento: Dios
Todopoderoso, acordaos de esta Compañía aplicándole la omnipotencia de vuestro
brazo, que no ha disminuido, para darla a luz y conducirla a su
perfección: Innova signa, immuta mirabilia (Si
36,6), sentiamus adjutorium brachii tui*: Oh gran Dios, que
podéis hacer de las piedras brutas otros tantos hijos de Abraham, decid una
sola palabra como Dios para enviar buenos obreros a vuestra cosecha y buenos
misioneros a vuestra Iglesia.
(*) Renovad los prodigios y haced
milagros nuevos (Si 36,6); que sintamos la ayuda de vuestro brazo
[4] Memento: Dios
de bondad, acordaos de vuestras antiguas misericordias, y por esas mismas
misericordias acordaos de esta congregación; acordaos de las reiteradas
promesas que nos habéis hecho por vuestros profetas y por vuestro propio Hijo
de atendernos en nuestros justos pedidos. Acordaos de las oraciones que
vuestros siervos y siervas os han hecho sobre este asunto durante tantos
siglos; que sus deseos, sus gemidos, sus lágrimas y su sangre derramada vengan
a vuestra presencia y soliciten poderosamente vuestra misericordia. Pero
acordaos sobre todo de vuestro amado Hijo: respice in faciem Christi
tui* (Ps 84 [83] 10). Su agonía, su confusión y su queja
amorosa en el Huerto de los Olivos, cuando dijo: quae utilitas in
sanguine meo** (Ps 30 [29], 10). Su cruel muerte y su sangre derramada
os griten altamente misericordia, a fin de que, por medio de esta Congregación,
su imperio sea establecido sobre las ruinas de sus enemigos.
(*) Pon los ojos en el rostro de tu
Cristo
(**) ¿Qué utilidad te acarreará mi
muerte?
[5] Memento: Acordaos,
Señor, de esta comunidad a los efectos de vuestra justicia. Tempus
faciendi, Domine, dissipaverunt legem tuam* (Ps 119 [118], 126): es
tiempo de hacer lo que habéis prometido hacer. Vuestra divina ley es
transgredida, vuestro Evangelio es abandonado, los torrentes de iniquidad
inundan toda la tierra y arrastran hasta vuestros siervos, toda la tierra está
desolada, la impiedad está sobre el trono, vuestro santuario es profanado y la
abominación está hasta en el lugar santo.
¿Dejaréis todo así al abandono, justo
Señor, Dios de las venganzas? ¿Se tornará todo al final como Sodoma y Gomorra?
¿Os callaréis siempre? ¿Soportaréis siempre? ¿No hace falta que vuestra
voluntad se haga sobre la tierra como en el cielo y que venga [a nosotros]
vuestro reino? ¿No habéis mostrado anticipadamente a algunos de vuestros amigos
una futura renovación de vuestra Iglesia? ¿Los judíos no deben convertirse a la
verdad? ¿No es eso lo que la Iglesia espera? ¿Todos los santos del cielo no os
gritan justicia: vindica (Ap. 6,10)? ¿Todos los justos de la
tierra no os dicen: amen, veni, Domine**? (Ap 22,20). Todas las
criaturas, aún las más insensibles, gimen bajo el peso de los
innumerables pecados de Babilonia y piden vuestra venida para restablecer todas
las cosas. Omnis creatura ingemiscit, etc.*** (Cf. Rom, 8,22).
(*) Es tiempo de obrar, Señor, han
echado por el suelo tu ley
(**) Amen, venid Señor!
(***) Todas las creaturas están
suspirando…
2º DIA: DESAPEGADOS DE TODO AFECTO
TERRENO
[6] Señor
Jesús, memento Congregationis tuae: acordaos de dar a vuestra Madre
una nueva Compañía para renovar por Ella todas las cosas y terminar por María
los años de la gracia, como los habéis comenzado por Ella.
Da matri tuae liberos, alioquin moriar (Gn 30, 1): dad
hijos y siervos a vuestra Madre, de lo contrario, que yo muera. Da
Matri tuae: es por vuestra Madre que os lo pido. Acordaos de sus
entrañas y de sus pechos y no me rechacéis. Acordaos de quien sois Hijo y
escuchadme. Acordaos de lo que Ella es para Vos y de lo que Vos sois para Ella,
y satisfaced mis deseos.
¿Qué es lo que os pido? Nada en mi
favor, todo por vuestra gloria. ¿Qué es lo que os pido? Lo que Vos podéis y
aún, me atrevo a decirlo, lo que debéis concederme, como verdadero Dios que sois,
a quien todo el poder ha sido dado en el cielo y en la tierra, como el mejor de
todos los hijos, que amáis infinitamente a vuestra Madre.
[7] ¿Qué es lo que
os pido? Liberos: sacerdotes(1) libres de vuestra libertad,
desapegados de todo, sin padre, sin madre, sin hermanos, sin hermanas, sin
parientes según la carne, sin amigos según el mundo, sin bienes, sin estorbos y
sin cuidados, y aún sin voluntad propia.
[N.d.l.R.1: cfr. el contexto de la
Oración Abrasada y pasajes similares del Tr. de la Verd. Devoción, el Santo
podría también referirse aquí a apóstoles laicos]
[8] Liberos: esclavos de
vuestro amor y de vuestra voluntad, hombres según vuestro corazón que, sin
voluntad propia que los manche y los detenga, hagan todas vuestras voluntades y
arrollen a todos vuestros enemigos, como otros tantos Davides, [con] el báculo
de la Cruz y la honda del Santo Rosario en las manos; in baculo Cruce
et in virga Virgine (S.17, 40 y Ps 23 (22), 4).
[9] Liberos: nubes
elevadas de la tierra y llenas de rocío celeste que, sin impedimento, vuelan
por todas partes según el soplo del Espíritu Santo. Son ellos en parte los que
conocieron vuestros profetas cuando preguntaban: qui sunt isti
qui sicut nubes volant* (Is 60,8)? Ubi erat impetus spiritus illuc
gradiebantur** (Ez 1, 12).
(*) ¿quiénes son esos que
vuelan como nubes?
(**) Adonde los llevaba el ímpetu del
Espíritu, allá iban
[10] Liberos: hombres
siempre a vuestra mano, siempre listos a obedeceros, a la voz de sus
superiores, como Samuel: praesto sum (1S 3, 16), prestos
siempre a correr y a sufrirlo todo con Vos y por Vos, como los Apóstoles: eamus
et nos ut moriamur cum illo (Jn 11, 16**).
(*) Presto estoy!
(**) Vamos también nosotros y muramos
con él.
[11] Liberos: verdaderos
hijos de María, vuestra Santa Madre, engendrados y concebidos por su caridad,
llevados en su seno, pegados a sus pechos, alimentados con su leche, educados
por sus cuidados, sostenidos por su brazo y enriquecidos de sus gracias.
[12] Liberos: verdaderos
siervos de la Santa Virgen que, como otros tantos Santos Domingos vayan por
todas partes, con la antorcha brillante y ardiente del santo Evangelio en la
boca y el santo Rosario en la mano, a ladrar como perros, a arder como fuegos y
a alumbrar las tinieblas del mundo como soles, y que, por medio de una
verdadera devoción a María, es decir interior sin hipocresía, exterior sin
crítica, prudente sin ignorancia, tierna sin indiferencia, constante sin
liviandad y santa sin presunción, aplasten por todas partes por donde vayan la
cabeza de la antigua serpiente, a fin de que la maldición que Vos le echásteis
se cumpla enteramente: inimicitias ponam inter te et mulierem, inter
semen tuum et semen ipsius et ipsa conteret caput tuum* (Gn 3, 15).
(*) Yo pondré enemistades entre ti y la
mujer, y entre tu raza y la raza de Ella. Ella aplastará tu cabeza y tú andarás
acechando a su calcañar.
3º DIA: EN LUCHA CON EL DEMONIO
[13] Es verdad, gran Dios, que
el demonio pondrá, como lo habéis predicho, grandes asechanzas al talón de esta
mujer misteriosa, es decir a esta pequeña Compañía de sus hijos que vendrán
hacia el fin del mundo, y que habrá grandes enemistades entre esta
bienaventurada posteridad de María y la raza maldita de Satanás. Pero es una
enemistad toda divina y la única de la que Vos sois el Autor: inimicitias
ponam*. Pero estos combates y estas persecuciones, que los hijos y la
raza de Belial librarán contra la raza de vuestra Santa Madre, no servirán sino
para hacer brillar más el poder de vuestra gracia, el coraje de su virtud y la
autoridad de vuestra Madre; puesto que Vos le habéis dado desde el principio
del mundo el encargo de aplastar a este orgulloso por la humildad de su corazón
y de su talón: Ipsa conteret caput tuum**.
(*) Yo pondré enemistades …
(**) Ella aplastará tu cabeza
[14] Alioquin moriar*: ¿No
es mejor para mí morir que veros, mi Dios, todos los días tan cruel y tan
impunemente ofendido y de estar todos los días más y más en peligro de ser
arrastrado por los torrentes de iniquidad que crecen? Mil muertes me serían más
tolerables. O enviadme socorro del cielo o llevaos mi alma. Si no tuviese la
esperanza de que oiréis pronto o tarde a este pobre pecador en los intereses de
vuestra gloria, como habéis ya oído a tantos otros: iste pauper
clamavit et Dominus exaudivit eum** (Ps 34 [33], 7), yo os pediría
absolutamente con un profeta: tolle animam meam*** (1 R 19, 4). Pero
la confianza que tengo en vuestra misericordia me hace decir con otro
profeta: non moriar sed vivam et narrabo opera Domini**** (Ps
118 [117], 17), hasta que pueda decir con Simeón: nunc dimittis servum
tuum in pace, quia viderunt oculi mei***** (Lc 2, 29-30), etc.
(*) …que yo muera)
(**) Clamó este pobre y el Señor le oyó
(***) ¡Toma mi alma!)
(****) No moriré, viviré y relataré la
obra del Señor!
(*****) Ahora, Señor, despides a tu
siervo, según se lo prometiste, en paz. Porque vieron mis ojos la salvación,
etc.
4º DIA: GENERADOS POR EL ESPIRITU SANTO
EN MARIA
[15] Memento: Espíritu
Santo, acordaos de producir y formar hijos de Dios con vuestra divina y fiel
Esposa María. Vos formásteis la cabeza de los predestinados con Ella y en Ella;
y es con Ella y en Ella que debéis formar todos sus miembros. Vos no
engendráis ninguna persona divina en la Divinidad, pero sois Vos solo quien
formáis todas las personas divinas fuera de la Divinidad, y todos los santos
que han sido y serán hasta el fin del mundo son otras tantas obras de vuestro
amor unido a María.
[16] El reino especial de Dios Padre duró hasta el diluvio y terminó por un diluvio de agua; el reino de Jesucristo terminó por un diluvio de sangre, pero vuestro reino, Espíritu del Padre y del Hijo, continúa actualmente y terminará por un diluvio de fuego, de amor y de justicia.
[17] ¿Cuándo vendrá
ese diluvio de fuego del puro amor que Vos debéis encender sobre toda la tierra
de un modo tan suave y tan vehemente que todas las naciones, los turcos, los
idólatras y hasta los judíos han de arder en él y convertirse? Non est
qui se abscondat a calore ejus (Ps 19 [18], 7). Accendatur (Lc
12, 49): que este divino fuego que Jesucristo ha venido a traer sobre la tierra
se encienda antes que Vos encendáis el de vuestra cólera que reducirá toda la
tierra a cenizas. Emitte Spiritum tuum et creabuntur et renovabis
faciem terrae (Ps 104 [103], 30); enviad este Espíritu todo de fuego
sobre la tierra para crear en ella sacerdotes (1) todos de fuego, por cuyo
ministerio la faz de la tierra sea renovada y vuestra Iglesia reformada.
(*)…ni hay quien pueda esconderse de su
calor (Ps. 18 (19), 7)
(**) Yo he venido a poner fuego en la
tierra
N.d.l.R.1: cfr. el contexto de la
Oración Abrasada y pasajes similares del Tr. de la Vd. Devoción, el Santo
podría también referirse a apostoles laicos
[18] Memento Congregationis
tuae: es una congregación, es una asamblea, es una selección, es un
apartado de predestinados que Vos debéis hacer en el mundo y del mundo: Ego
elegi vos de mundo* (Jn 15, 19). Es un rebaño de corderos pacíficos
que Vos debéis juntar de entre tantos lobos; una Compañía de castas palomas y
de águilas reales de entre tantos cuervos; un enjambre de abejas de entre
tantas avispas; una manada de ciervos ágiles de entre tantas tortugas; un
escuadrón de leones valerosos de entre tantas liebres tímidas. ¡Ah!
Señor: congrega nos de nationibus** (Ps 106 [105], 47).
Congregadnos , unidnos, para que se rinda toda la gloria a vuestro nombre santo
y poderoso.
(*) Os entresaqué Yo del mundo
(**) Recógenos de entre las naciones
5º DIA: ENTERAMENTE CONFIANTES EN LA
PROVIDENCIA
[19] Vos predijisteis esta ilustre
Compañía a vuestro profeta, que habla de ella en términos bien oscuros y bien
secretos pero totalmente divinos: 1. Pluviam voluntariam segregabis,
Deus, haereditati tuae et infirmata est, tu vero perfecisti eam.
– 2. animalia tua habitabunt in ea. Parasti in dulcedine tua pauperi,
Deus. – 3. Dominus dabit verbum evangelizantibus virtute multa.
– 4. Rex virtutum dilecti dilecti et speciei domus dividere spolia. –
5. Si dormiatis inter medios cleros, pennae columbae deargentatae et
posteriora dorsi ejus in pallore auri. – 6. Dum discernit caelestis
reges super eam, nive dealbabuntur in Selmon; mons Dei, mons pinguis.
– 7. Mons coagulatus, mons pinguis; ut quid suspicamini montes
coagulatos. – 8. Mons in quo beneplacitum est Deo habitare in eo,
etenim Deus habitabit in finem(*) (Ps 68 [67], 10-17).
(*) Oh Dios, Tú distribuiste una lluvia
abundante y apacible a tu heredad; ella estaba agotada, pero Tú la has recreado.
2. Tendrán en ella morada los que son de tu grey; en tu bondad, oh Dios, has
provisto al pobre. 3. El Señor dará palabras a cuantos anuncian con valor la
buena nueva. 4. El rey de los ejércitos está con su muy amado; y la hermosura
de la casa reparte los despojos. 5. Cuando descansáis en medio de los apriscos,
sóis como una paloma de plateadas alas, cuyas plumas por la espalda echan
brillo de oro. 6. Cuando el Altísimo ejerce su juicio sobre los reyes de la
tierra, blanquea con la nieve el Selmón. El monte de Dios es un monte fértil.
7. Monte cuajado, monte fecundo. 8. ¿Por qué andáis pensando en otros montes
fértiles? En este monte Dios se complació en fijar su morada. Sí, en él
habitará el Señor para siempre (Ps 68 [67], 10-17); (cf. El Antiguo Testamento,
Vulgata, t. II, 4ta. ed., Ed. Guadalupe, Buenos Aires).
[20] ¿Cuál es, Señor, esa lluvia voluntaria que Vos habéis separado y escogido para vuestra heredad debilitada sino estos santos misioneros, hijos de María, vuestra Esposa, que Vos debéis reunir y separar del común por el bien de vuestra Iglesia tan debilitada y tan manchada por los crímenes de sus hijos?
[21] ¿Quiénes son esos
animales y esos pobres que permanecerán en vuestra heredad y que allí serán
alimentados de la dulzura divina que Vos les habéis preparado sino estos pobres
misioneros abandonados a la Providencia que rebosarán de vuestras más divinas
delicias; sino estos animales misteriosos de Ezequiel que tendrán la humanidad
del hombre por su caridad desinteresada y bienhechora hacia el prójimo, el
coraje del león por su santa cólera y su celo ardiente y prudente contra los
demonios e hijos de Babilonia, la fuerza del buey por sus trabajos apostólicos
y su mortificación contra la carne, y finalmente la agilidad del águila por su
contemplación en Dios? Tales serán los misioneros que Vos queréis enviar a
vuestra Iglesia. Tendrán ojo de hombre para el prójimo, ojo de león contra
vuestros enemigos, ojo de buey contra sí mismos y ojo de águila para Vos.
[22] Estos imitadores de los apóstoles
predicarán virtute multa* (cf. Mt. 24, 30; Mc 13, 16), virtute
magna** (cf. Ac 4, 33; Bar 2, 11), con gran fuerza y virtud, y tan
grande y estrepitosa y resplandeciente [éclatante], que
revolverán a todos los espíritus y corazones en los lugares donde predicarán.
Es a ellos a quienes daréis vuestra palabra: dabit verbum: vuestra
misma boca y vuestra sabiduría; dabo vobis os et sapientiam cui non poterunt
resistere omnes adversarii vestri (Lc 21, 15) a la que ninguno de sus
enemigos podrá resistir.
(*) Con gran poder
(**) Con gran valor; (Bar) Con
mano fuerte
(***) Yo pondré las palabras en vuestra
boca y una sabiduría a que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros
enemigos
[23] Es de entre estos bienamados que
Vos, en calidad de Rey de las virtudes, de Jesucristo el bienamado, tomaréis
vuestras complacencias, pues ellos no tendrán otro fin en todas sus misiones
que daros toda la gloria de los despojos que arrebatarán a vuestros
enemigos: Rex virtutum dilecti dilecti et speciei domus dividere spolia*.
(*) El rey de los ejércitos
está con su muy amado; y la hermosura de la casa reparte los despojos
[24] Por su abandono a la Providencia
y su devoción a María tendrán las alas plateadas de la paloma; inter
medios cleros pennae columbae deargentatae, es decir la pureza de la
doctrina y de las costumbres; y su espalda dorada: et posteriora dorsi
ejus in pallore auri, es decir una perfecta caridad hacia el prójimo
para soportar sus defectos y un gran amor por Jesucristo para llevar su cruz.
[25] Vos solo, como Rey de los cielos
y Rey de los reyes, separaréis del común a estos misioneros como otros tantos
reyes para tornarlos más blancos que la nieve en la montaña de Selmón, montaña
de Dios, montaña abundante y fértil, montaña fuerte y coagulada, montaña en la
que Dios se complace maravillosamente y en la que El habita y habitará hasta el
fin.
¿Quién es, Señor, Dios de verdad, esta
misteriosa montaña de la que nos decís tantas maravillas sino María, vuestra
querida Esposa, cuyos cimientos habéis puesto sobre las cumbres de las más
altas montañas: Fundamenta ejus in montibus sanctis* (Ps 87
[86], 1). Mons in vertice montium** (Is 2, 2).
(*) Sobre los montes santos está ella
fundada.
(**) el monte de la casa del Señor
estará preparado sobre la cumbre de los montes
Felices y mil veces felices los
sacerdotes (ver N.d.l.R.1) que Vos habéis escogido y predestinado tan bien para
morar con Vos en esta abundante y divina montaña, a fin de que allí lleguen a
ser reyes de la eternidad por su desprecio de la tierra y su elevación en Dios,
a fin de allí volverse más blancos que la nieve por su unión a María, vuestra
Esposa toda bella, toda pura y toda inmaculada, a fin de allí enriquecerse del
rocío del cielo y de la grosura de la tierra, de todas las bendiciones
temporales y eternas de que María está llena.
Es de lo alto de esta montaña que, como
otros Moisés, lanzarán por sus ardientes plegarias dardos contra sus enemigos
para abatirlos o convertirlos. Es en esta montaña donde oirán de la propia boca
de Jesucristo, que allí mora siempre, la inteligencia de sus ocho
bienaventuranzas. Es en esta montaña de Dios que serán transfigurados con El
sobre el Tabor, que morirán con El como en el Calvario y que subirán al Cielo
con El como desde el monte de los Olivos.
6º DIA: QUE APAGUEN EL FUEGO EN LA CASA
DE DIOS
[26] Memento Congregationis tuae.
Tuae: a Vos sólo os toca formar por vuestra gracia esta Congregación;
si el hombre pone el primero la mano, nada se hará; si mezcla de lo suyo con
Vos echará todo a perder, trastornará todo. Tuae Congregationis: es
vuestra obra, gran Dios. Opus tuum fac: haced vuestra obra
toda divina, juntad, llamad, reunid de todas partes de vuestro dominio a
vuestros elegidos para haceros de ellos un cuerpo de ejército contra vuestros
enemigos.
[27] ¡Ved, Señor, Dios de los
ejércitos, los capitanes que forman compañías completas, los potentados que
levantan ejércitos numerosos, los navegantes que arman flotas enteras, los mercaderes
que se reúnen en gran número en los mercados y las ferias!¡Qué de ladrones, de
impíos, de borrachos y de libertinos se unen en tropel contra Vos todos los
días y tan fácil y prontamente! un silbido que se lance, un tambor que se
toque, una punta de espada oxidada que se muestre, una rama de laurel que se
prometa, un pedazo de tierra amarilla o blanca que se ofrezca…, en tres
palabras, un humo de honra, un interés de nada y un miserable placer de bestia
que se tiene en vista reúne en un instante a los ladrones, agrupa los soldados,
junta los batallones, congrega a los mercaderes, llena las casas y los mercados
y cubre la tierra y el mar de una muchedumbre innumerable de réprobos que,
aunque todos divididos los unos de los otros, por la distancia de los lugares,
o por la diferencia de humores, o por su propio interés, se unen no obstante
todos juntos hasta la muerte para haceros la guerra bajo el estandarte y la
conducción del demonio.
[28] Y vos, gran Dios, aunque haya
tanta gloria, dulzura y provecho en serviros, ¿casi nadie tomará vuestro
partido? ¿Casi ningún soldado se alistará bajo vuestros estandartes? ¿Casi
ningún San Miguel clamará, del medio de sus hermanos, lleno de celo por vuestra
gloria: Quis ut Deus? Ah! Permitidme gritar por todas partes:
fuego! fuego! fuego! Socorro! socorro! socorro! Fuego en la casa de Dios, fuego
en las almas, fuego hasta en el santuario! ¡Socorro a nuestro hermano que
asesinan, socorro a nuestros hijos que estrangulan, socorro a nuestro buen
padre que apuñalan!
[29] Qui Domini est jungatur mihi* (Ex
32, 29): que todos los buenos sacerdotes [ver N.d.l.R.1] que están repartidos
en el mundo cristiano, sea que estén actualmente en el combate o que se hayan
retirado del fragor de la batalla a los desiertos y soledades, que estos buenos
sacerdotes vengan y se unan a nosotros. Vis unita fit fortior**, a
fin de que hagamos bajo el estandarte de la Cruz un ejército bien formado en
batalla y bien ordenado para atacar de concierto a los enemigos de Dios que ya
han sonado la alarma: sonuerunt, frenduerunt, fremuerunt, multiplicati
sunt*** (cf. Ps 2, 1; 25 [24], 19; 46 [45], 4; 35 [34], 16; 38 [37],
20). Dirumpamus vincula eorum et projiciamus a nobis jugum ipsorum. Qui
habitat in coelis irridebit eos**** (Ps 2, 3-4).
(*) El que sea del Señor, júntese
conmigo
(**) La fuerza, unida, se hace más
fuerte
(***) Bramaron, hicieron rechinar los
dientes, se agitaron, se multiplicaron (cfr. Preces)
(****) “Rompamos sus ataduras;
arrojemos lejos de nosotros su yugo. Aquel que reside en los cielos se ríe de
ellos”
[30] Exsurgat Deus et dissipentur
inimici ejus (Ps 68 [67], 1)! Exsurge, Domine, quare obdormis? Exsurge* (Ps
44 [43], 24). ¡Señor, levantáos! ¿Por qué parecéis dormir? Levantáos en vuestra
omnipotencia, vuestra misericordia y vuestra justicia, para formaros una
Compañía escogida de guardias de corps, para guardar vuestra casa, para
defender vuestra gloria y salvar vuestras almas, para que no haya más que un
rebaño y un pastor, y que todos os rindan gloria en vuestro templo: et
in templo ejus omnes dicent gloriam (Ps 29 [28], 9). Amen.
(*) Levántese Dios y sean disipados sus
enemigos! Levantáos Señor, por qué parecéis dormir? Levantáos!
¡Dios sólo!