Alférez de la familia Brizuela y Doria con elegantes aperos (foto V. G.) |
La antiquísima Imagen de Ntra. Sra. de la Candelaria traída por don Pedro Nicolás de Brizuela en el 1600 (foto Vicky Gutiérrez) |
Galopes de los Alférez, 3 de febrero, ante el público entusiasmado que colma la plaza, la Iglesia y los alrededores (f. El Alférez) |
Ntra. Sra. de la Candelaria recibe el homenaje y veneración de las jovencitas promesantes vestidas de "Candelarias", con sus velas benditas (foto El Alférez) |
Add Las madres infunden en sus pequeñas hijas la devoción a Ntra. Sra., vistiéndolas de “Candelarias” |
Los caballos ensillados con los mejores aperos esperan a sus dueños para iniciar el homenaje ecuestre a los Santos Patronos (foto El Alférez) |
Entusiasmo del público el 3 de febrero durante el desfile de los Alférez y Agrupaciones gauchas venidas de otros pueblos |
...Pero no dejemos de notar en lo que narramos, los trazos ciertos de una verdadera sociedad orgánica. Es decir un verdadero pueblo, de fuerte tejido social, donde cada uno es alguien que todos conocen, muy distinto de la masa anónima de las grandes Babeles contemporáneas, y con tradiciones muy antiguas, cuyas vivencias permanecen y crecen.
Sañogasta responde a lo que enseña el magisterio tradicional de la Iglesia, valioso pilar y modelo de lo que debe ser la sociedad en cualquier tiempo como lo transmite el Dr. Plinio Corrêa de Oliveira, egregio admirador de nuestras tradiciones, en Nobleza y élites tradicionales análogas: es una familia de familias con diversidad armónica de clases sociales, cada una con perfil y funciones propios.
LO QUE AUN NO SE DIJO
Lo vamos a contar ahora.
¿Cuándo comenzó todo esto?
En 1640. Cuando el matrimonio del hidalgo español don Pedro Nicolás de Brizuela, promotor y gran héroe en la defensa de la civilización cristiana del Tucumán (actual NOA y Córdoba), por lo que llegó a ocupar el cargo de Teniente General de la Gobernación (semejante a un Vice-Gobernador), y la riojana doña Mariana Doria, recibieron tierras en Sañogasta, en compensación por servicios prestados “a su costa y minción”, como era normal en la época.
Ellos vivieron aquí. Trabajaron y evangelizaron. Trajeron de España una bella imagen de San Sebastián, y del alto Perú la Virgen de la Candelaria que veneramos.
La del Santo protector pertenece a los descendientes de don Pedro y doña Mariana y se conserva en el ancho muro de la casa señorial que fue la última construida durante la vigencia del Mayorazgo de San Sebastián de Sañogasta, constituido por el matrimonio fundador.
La devoción de los naturales y de todos los pobladores por San Sebastián llevó a entronizar en la Iglesia (M.H.N.) la Imagen que se lleva en procesión, que mandaron tallar alrededor de 1750 en Vichigasta, probablemente don Ignacio de Brizuela y Doria o su hija doña Petronila (nieto y bisnieta, respectivamente, del matrimonio inicial), para continuar la evangelización, en la que trabajó sin duda el hijo mayor de don Pedro, el sacerdote Blas Crisóstomo de Brizuela.
En el año 1663 ambos esposos firmaron su testamento en “La Rioja del Tucumán”, largo y bien explícito.
En aquellas lejanas épocas de nuestra historia existían tres instituciones clave para el buen funcionamiento de las ciudades-provincias: los Cabildos, las encomiendas y los mayorazgos (cfr. Nobleza y élites tradicionales análogas en América Española: origen, desarrollo y perspectivas actuales, Apéndice V de la obra principal, desarrollado en este Boletín; ubicar en el buscador “search”).
En su testamento resuelven la creación de una de las tres instituciones explicitando todas las normas a cumplir: el “Mayorazgo de San Sebastián de Sañogasta”. Que va a ayudar a conservar la estirpe familiar, el patrimonio logrado con esfuerzo y trabajo, y el apellido de ambos: “Brizuela y Doria” para todos los “Vínculos” o “Señores”.
Los fundadores dispusieron en el testamento repartir en vida dos tercios de sus bienes en partes iguales entre sus siete hijos. El tercio restante lo reservaron para su propia subsistencia y sobre éste constituyeron el Mayorazgo que pasaría a tener vigencia a su muerte, con imposición de usar el apellido (cláusula habitual en los mayorazgos) y mantener la indisolubilidad del patrimonio vinculado (de ahí el nombre de “Vínculo” con el que será conocido el Señor del Mayorazgo de San Sebastián de Sañogasta).
En aquellas épocas y circunstancias nace la tradición religiosa que hoy está vigente, con adaptaciones y cambios según las costumbres.
La vigencia del Mayorazgo de San Sebastián, primero en Argentina y uno de los de mayor perduración en América, terminó en 1917, siendo Vínculo don Ramón Alberto Brizuela y Doria. Las dificultades que se vivían y los reiterados reclamos y juicios por herencia de parientes colaterales determinó su final; asimismo don Ramón se dedicó a la política, una constante en la familia si incluimos las (particularmente otrora) dignas funciones de gobierno y mando militar, en las catorce generaciones hasta hoy.
Aquí estamos, conociendo y honrando el pasado, sumado a un presente que le sea afín: es la tradición… que seguiremos honrando, si Nuestra Sra. de la Candelaria y San Sebastián, con su bendición así lo permiten.
Elena B. Brizuela y Doria
Centro de Estudios Históricos, Genealógicos y Heráldicos
del Mayorazgo de San Sebastián de Sañogasta
Febrero, A.D. 2019