martes, 30 de octubre de 2012

Por qué España sufría derrota tras derrota - Advertencias de la noble religiosa Sor María de Agreda al Rey don Felipe IV

                                                                  Sor María de Agreda
 
“Agreda” era un pequeño pueblo entre Castilla la Vieja, Aragón y Navarra. Fue el lugar elegido para que naciera una “Venerable” niña, a principio de los años 1600. Dios la llamó a cumplir la dulce y enorme misión de comunicar a la humanidad los secretos maravillosos de la santidad de Su Madre, la Virgen María, y eligió  cuidadosamente el ambiente: el hogar donde nacería sería hidalgo, piadoso y pobre de recursos -podríamos hacer un paralelo con la condición de la Sagrada Familia: nobles por nacimiento;  pobreza   por amor a Dios y  viviendo  a  Su voluntad.
Siendo esta niña de trece o catorce años, toda la familia se entregó por entero: el padre y los dos hijos tomaron hábito franciscano; la madre y las dos hijas siguieron fielmente la regla de las Concepcionistas en su propia casa, convirtiéndola en un claustro que muy pronto se colmó de vocaciones. Con el tiempo, María de Jesús, -no podía llamarse de otra manera- fue Abadesa de su casa.
Muy joven concibió la idea de escribir; y produjo una obra enorme. El Cardenal  español Herrera Oria, autor de la enciclopedia “La Palabra de Cristo”, en pleno siglo XX enseñó que  “no hay escuela comparable al hogar de una estirpe auténtica y cristianamente aristocrática” (*). A esto indudablemente se debe la base de la formación de la persona. No obstante, con respecto a María de Jesús, sabios y doctores de la Iglesia no entendían cómo una mujer sin estudios especializados, cuya mas alta escuela fue la contemplación, pudiera seguir las huellas de Santo Tomás, el Beato Escoto y otros notables de la Iglesia Católica, hablara acerca de elevadísimos misterios interpretando las Sagradas Escrituras, sin saber de dónde brotaba su CIENCIA, por lo que hubieron de reconocer que era INFUSA Y SOBRENATURAL. Los escritos fueron minuciosa y largamente  examinados por teólogos que la aprobaron con suma admiración.
La primera edición, de 1670, fue reeditada infinidad de veces.
Sor María de Jesús se hizo famosa en toda Europa por sus visiones, éxtasis, arrobos y vuelo de espíritu. Se decía que la Virgen en persona guiaba su pluma y le comunicaba un saber portentoso para ser una escritora mística, pensadora, y repleta de doctrina.
El mérito mayor para recibir estas gracias estaba en la gran pureza de su mente, fruto de su virtud.
La importancia que llegó a tener, en pleno Siglo de Oro, se hace patente en el hecho de que el propio Rey Felipe IV, afligido ante una España que iba perdiendo gradualmente su honrosa posición de primera potencia de la Cristiandad, fue a consultarla.
Ella percibía claramente el avance de la revolución en las tendencias, que prepara el terreno para la revolución en las ideas y en los hechos (cf. “Revolución y Contra-Revolución”, Plinio Corrêa de Oliveira, las tres profundidades de la Revolución, cap. V, edic. argentina online). Así, pedía al Rey Católico que tomara medidas contra los modos de vestir sensuales y que enmendara sus propias costumbres.
“Las cartas de sor María de Agreda al Rey claman, en estos años, sin cesar, para que se ponga remedio a tantos pecados, a los que la monja atribuía el desvío de Dios hacia España; desvío que se traducía en derrota tras derrota en nuestros campos de batalla”, dice Gregorio Marañón en su biografía del Conde-Duque de Olivares (pág. 151).
Este célebre Olivares, inmortalizado por Velásquez en sus retratos ecuestres, casado con una mujer de alta Nobleza y gran virtud, fue uno de los principales responsables de esa decadencia moral de España. Y Sor María de Agreda fue, según Marañón, quien más contribuyó a su caída (p. 122). Era un personaje contradictorio, que por un lado ostentaba su fervor religioso, mientras por otro hacía incursiones en la hechicería y concesiones no ligeras a las malas costumbres. Fomentó la sensualidad del Rey, para mejor dominarlo cuando joven sucesor de su padre Felipe III.
Felipe IV adulto, preocupado con razón por el reino, oía con atención a su esclarecida consejera, en la que advertía su inspiración divina. Así encargaba a alcaldes y corregidores medidas contra las malas costumbres pero “sin pensar…que un buen ejemplo suyo hubiera sido mil veces más eficaz que todos sus decretos”. (G. Marañón: “El Conde Duque de Olivares”, pag.151, Colección Austral, París, 1939)
Todo este cuadro vinculado a sor María de Agreda revela un lado desconocido de una de las mayores tragedias de la Edad Moderna: la decadencia de la rama española de la Casa de Austria, el deterioro y decadencia de España, que redujo su influencia católica en el mundo y preparó el ascenso de las potencias protestantes que trabajaban por la desintegración del Imperio cristiano español y el ascenso del mundo burgués, liberal-democrático, materialista y cientificista anglo-sajón.

Es importante ver en estos hechos la influencia en el pueblo y en la nación toda que tienen los dirigentes de la sociedad: cuando se apartan de las vías de Dios y degradan la moral en íntima compenetración con la vida del pueblo. Y cómo el ejemplo del Rey hubiese sido mucho más eficaz que la actuación de alcaldes y corregidores como lo reconoce Marañón, -quien no es un exponente de espíritu monárquico-.
La contrapartida es que los buenos dirigentes, sanos de mente y alma, son capaces de llevar adelante un buen gobierno, de lo que hay muchos ejemplos en la historia, basta nombrar algunos como San Fernando de Castilla, Isabel  la Católica, la noble Santa Teresa  de Avila, o García Moreno en América.
Estos episodios históricos nos muestran la vigencia que tienen hoy las recomendaciones de Sor María de Jesús, ante la vulgaridad e inmoralidad de la TV, la vigencia de leyes inicuas y la sistemática violación de los mandamientos de la ley de Dios. No en vano la Ssma. Virgen denunció estos pecados en Fátima, y de Ella nos toca comentar ahora las maravillosas revelaciones que hizo a la Venerable de Agreda.

(*) "Nobleza y Elites tradicionales análogas", Plinio Corrêa de Oliveira, Ed. Fernando III el Santo,   t. I, Apéndice IV sobre Aristocracia -ampliamente comentado en este blog-                                         
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 Extraído de "ENCANTO Y GRANDEZAS CON QUE DIOS PREPARÓ A MARÍA PARA SER SU MADRE - VISIONES DE LA VENERABLE DE AGREDA Y SU INFLUENCIA CONTRAREVOLUCIONARIA EN LA ESPAÑA DEL SIGLO DE ORO", por Elena B. Brizuela y Doria
Ver texto completo en el siguiente sitio, al que agradecemos su gentileza:
IPSA CONTERET - "La que aplasta la serpiente"