ENTREVISTA A S.A.I.R. DOM BERTRAND DE ORLEANS y BRAGANZA, PRINCIPE IMPERIAL DEL BRASIL – Sábado 11 de septiembre de 2021 a las 9 y 30 hs. pm (21.30 hora argentina)
♦ Invitamos especialmente a nuestros lectores a participar de la entrevista en un momento histórico crucial como éste
06/09/2021[EDIT]
COMUNICADO DEL INSTITUTO PLINIO CORRÊA DE OLIVEIRA (IPCO)
Con motivo del 199º aniversario de la Independencia del Brasil – 7 de septiembre de 2021
La izquierda NO LOGRARA frenar el avance victorioso del BRASIL CRISTIANO
Ni provocar el DIVORCIO entre el Estado y la Nación
Nuestro amado Brasil alcanzará mañana su 200º aniversario de vida independiente, que culminará con las celebraciones del bicentenario en 2022. Para una nación, equivale a pasar de la juventud a la edad adulta, en la que definitivamente se consolida la ruta que seguirá en la historia de la humanidad.
Debemos, pues, aprovechar estos 365 días para meditar sobre nuestro pasado tan rico en tradiciones, nuestro presente tan dislacerado y nuestro futuro lleno de promesas o de amenazas, según el rumbo definitivo que adoptemos.
En esta coyuntura, el Instituto Plinio Corrêa de Oliveira desea brindar su contribución recordando algunas verdades fundamentales -que en la actualidad se tiende a confundir-, para que este gran proceso de discernimiento colectivo sea realmente fecundo:
El Brasil debe tener presente que uno de sus primeros nombres fue «TIERRA DE LA SANTA CRUZ», y que si Dios lo dotó de tantas riquezas naturales, y de un pueblo inteligente, trabajador y benévolo, fue para hacerlo progresar en las vías de la civilización cristiana y servir de modelo a las naciones hermanas de América Latina, de modo a transformar el bloque en una gran potencia continental. No es casual que nuestro principal monumento sea el CRISTO REDENTOR y que en nuestro cielo brille la CRUZ del SUR.
Los tres fundamentos de una civilización auténticamente cristiana y próspera son la TRADICIÓN, que transmite a las nuevas generaciones los valores religiosos y patrióticos; la FAMILIA, basada en el matrimonio indisoluble entre un hombre y una mujer con el fin primordial de criar y educar a los hijos; y la PROPIEDAD PRIVADA, que favorece el espíritu de empresa y garantiza la libertad e independencia de los individuos y las familias ante el Estado.
El COMUNISMO, en sus innumerables aspectos o máscaras, no es sólo una ideología equivocada y fracasada, sino también la mayor amenaza para el País y la civilización cristiana en nuestros días. La IGLESIA CATÓLICA lo ha condenado y clasificado como secta.
Esa secta roja -que deduce de sus erróneos principios una peculiar concepción del hombre y de la sociedad- hoy vuelve a amenazar al Brasil y a afrentar la OPINIÓN de MILLONES de BRASILEÑOS que supieron decir a una sola voz NO al socialismo, NO al COMUNISMO, «nuestra bandera jamás será roja» y «quiero a mi BRASIL de vuelta». Sí, un Brasil ordenado, pacífico, hospitalario, que defiende la vida contra el aborto y la familia contra la ideología de género, consciente de que el progreso se logra con el trabajo honesto y no con la envidia, la lucha de clases y la invasión de tierras y edificios urbanos.
El sentido común es una de las mejores características del brasileño medio, que no se deja llevar por el discurso estridente y superficial de la izquierda, que en este momento predica la desunión para intentar recuperar el poder y volver a la situación en la que un Estado ocupado por elementos de su ideología creó un abismo entre el BRASIL REAL, profundo, verdadero, y el BRASIL DE SUPERFICIE de los medios de comunicación de izquierda, y de ciertos sectores académicos y culturales de los grandes centros urbanos.
Si las corrientes que se autodenominan «progresistas» logran alcanzar sus siniestros objetivos de reconquistar el Poder, se cumplirá el sombrío pronóstico formulado por Plinio Corrêa de Oliveira en 1987, durante los debates de la nueva Constitución, cuando advirtió que era necesario respetar los deseos profundos del brasileño medio.“Si esto no se diere», afirmaba el ilustre líder católico paulista, «es el caso de insistir en que el divorcio entre el país legal y el país real será inevitable». Se creará entonces una de esas situaciones históricas dramáticas, en las que la masa de la Nación sale del interior del Estado, y el Estado vive (si es que esto, para el Estado, es vivir), vacío de contenido auténticamente nacional.(…) Es yendo al encuentro de todas estas incertidumbres y riesgos, que el Estado brasileño estará expuesto a naufragar, mientras la Nación se constituya mansamente, hábilmente, irremediablemente al margen de un edificio legal en el que el pueblo no reconozca ninguna identidad consigo mismo. ¿Qué será entonces del Estado? Como un barco agrietado, se dejará penetrar por las aguas y se fragmentará en restos. Lo que pueda ocurrir con éstos es imprevisible».
7.Para conjurar esta amenaza, los brasileños de bien deben mantenerse unidos, rechazando las estridentes voces que predican el odio, y evitando la división interna instigada por una minoría articulada ideológicamente para cambiar el País en un sentido profundamente anticristiano. Deben permanecer no sólo unidos, sino resueltamente activos en su determinación de rescatar un Brasil fiel a sí mismo y no una marioneta de las ideologías anticristianas que han llevado a países otrora ricos, como Cuba y Venezuela, a la ruina.
Confiantes en la protección divina y en las bendiciones de NUESTRA SEÑORA APARECIDA, Reina y Patrona del Brasil, los miembros del Instituto Plinio Corrêa de Oliveira seguirán defendiendo públicamente, en las calles, avenidas y plazas de nuestra querida Patria, los valores cristianos que la alimentaron hasta ahora, y que harán de ella, en su etapa adulta, la gran potencia del tercer milenio.
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