miércoles, 21 de octubre de 2020

Revolución y Contra-Revolución (11) - (Cap. III, ít. 5 A) Decadencia de la Edad Media (R-CR 11, C.III, II)

 

                                                        San Luis Rey de Francia, E. Signol 

                                                             San Fernando III, Rey de Castilla


A. Decadencia de la Edad Media




Ya esbozamos en la Introducción los grandes trazos de este proceso. Es oportuno añadir aquí algunos pormenores. En el siglo XIV comienza a observarse, en la Europa cristiana, una transformación de mentalidad que a lo largo del siglo XV crece cada vez más en nitidez. El apetito de los placeres terrenos se va transformando en ansia. Las diversiones se van volviendo más frecuentes y más suntuosas. Los hombres se preocupan cada vez más de ellas. En los trajes, en las maneras, en el lenguaje, en la literatura y en el arte, el anhelo creciente por una vida llena de deleites de la fantasía y de los sentidos va produciendo progresivas manifestaciones de sensualidad y de molicie. Hay un paulatino perecimiento de la seriedad y de la austeridad de los antiguos tiempos. Todo tiende a lo risueño, a lo gracioso, a lo festivo. Los corazones se desprenden gradualmente del amor al sacrificio, de la verdadera devoción a la Cruz y de las aspiraciones de santidad y de vida eterna. La Caballería, otrora una de las más altas expresiones de la austeridad cristiana, se vuelve amorosa y sentimental, la literatura de amor invade todos los países, los excesos del lujo y la consecuente avidez de lucros se extienden por todas las clases sociales.


Tal clima moral, al penetrar en las esferas intelectuales, produjo claras manifestaciones de orgullo, como el gusto por las disputas aparatosas y vacías, por las argucias inconsistentes, por las exhibiciones fatuas de erudición, y lisonjeó viejas tendencias filosóficas, de las cuales triunfara la Escolástica, y que ahora, ya relajado el antiguo celo por la integridad de la Fe, renacían con nuevos aspectos. El absolutismo de los legistas, que se engalanaban con un conocimiento vanidoso del Derecho Romano, encontró en Príncipes ambiciosos un eco favorable. Y pari-passu se fue extinguiendo en grandes y pequeños la fibra de otrora para contener al poder real en los legítimos límites vigentes en los días de San Luis de Francia y de San Fernando de Castilla.

Plinio Corrêa de Oliveira

Revolución y Contra-Revolución (11) - (Cap. III) A. Decadencia de la Edad Media (R-CR 11, C.III, 2)

No hay comentarios:

Publicar un comentario