CARDENAL JOURNET: “Los antiguos teólogos (Torquemada, Caietano, Bañez), que pensaban, de acuerdo con el “Decreto” de Graciano, que el Papa, infalible como Doctor de la Iglesia, podía sin embargo personalmente pecar contra la fe y caer en herejía, con mayor razón admitían que el Papa podía pecar contra la caridad, inclusive en cuanto ésta realiza la unidad de la comunión eclesiástica, y así caer en el cisma (…). En cuanto al axioma “donde está el Papa está la Iglesia”, vale cuando el Papa se comporta como Papa y jefe de la Iglesia; en caso contrario, ni la Iglesia está en él, ni él en la Iglesia (Caietano, II-II, 39, 1)” (p. 44).
SAN ROBERTO BELLARMINO sustenta que “el Papa hereje manifiesto deja por sí mismo de ser Papa y cabeza, del mismo modo que deja por sí mismo de ser cristiano y miembro del cuerpo de la Iglesia; y por eso puede ser juzgado y castigado por la Iglesia” (p. 32).
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