lunes, 29 de abril de 2013

"Si Lavalle quiere perderse, que se pierda solo" - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana - Nota final (11ª)-



Con mulas de marcha lleva la caballada por varios pasos, apoyado por las expediciones auxiliares de San Juan y La Rioja, a través de  la “enorme cordillera, operación que ha sido justamente elogiada por varias escuelas militares del viejo mundo, dada la precisión con que fue ejecutada” (Udaondo).
El 12 de febrero de 1817 en Chacabuco la acción de la caballería criolla es decisiva. El propio San Martín toma en sus manos el estandarte y se pone al mando de los granaderos como lo había hecho en San Lorenzo, y así esa “caballería   maniobrera” tan alabada por su jefe obtiene  su primer gran suceso militar. Horas antes, en la misma fecha, la caballería riojana conducida por Nicolás Dávila tomaba Copiapó, dando a la patria su primer triunfo, de acuerdo a Antonio Zinny (ver nuestro artículo en número anterior de este Boletín).
Después de estas memorables batallas trasandinas, de victorias y derrotas, San Martín vence definitivamente a los realistas en Maipú.
Los Granaderos a Caballo “…fue el cuerpo que recorrió la América en triunfo desde el Plata hasta el Chimborazo y el que dio más generales y jefes de valer al ejército argentino” (Enrique Udaondo).
Entre sus mejores oficiales se encontraba el joven Teniente Juan Galo de Lavalle, quien “se distinguirá a partir de ese momento y llevará a los granaderos a sus más heroicas acciones, montados en caballos criollos”.
Dos acciones de Lavalle -dice Romero Carranza-, enviado por San Martín en auxilio del Mariscal Sucre, dan la pauta de que la excelencia anhelada se había logrado.
En Riobamba, con 96 granaderos, Lavalle carga contra 420 soldados de la caballería enemiga. Finge una retirada para atraerla. En ese momento  Sucre, que presencia la maniobra,  comenta: “si Lavalle quiere perderse, que se pierda solo“, pero el escuadrón rehace las filas,  vuelve la cara y carga a degüello, y en 15 minutos de combate desbarata completamente  a la caballería contraria.
Los granaderos  siguen en el ejército al mando de Alvarez de Arenales, que es vencido por los realistas en Torata y Moquegua.  La protección de la  retaguardia  de los vencidos es encomendada a 300  granaderos que comanda el coronel Lavalle,  que debe lograr que esas tropas puedan embarcarse en el puerto de Illo, rechazando el hostigamiento de 1.000 jinetes realistas al mando del General Carratalá.
En un corredor de 40 kilómetros, los granaderos  dan veinte cargas seguidas   en tres horas y permiten a todo el ejército embarcarse.
“Sólo jinetes de excepción con caballos fuera de lo común pudieron hacer esta hazaña, piensen que en un partido de polo en diez o doce minutos de acción los caballos se agotan y deben ser cambiados” (Romero Carranza, cit.).
Evocar estos hechos ayuda a entender el viejo refrán argentino: “la patria, se hizo a caballo…”. Tradición que, esperamos, nunca ha de morir en este suelo.





BIBLIOGRAFIA

AssunçaO, Fernando O. – “El caballo criollo” – Emecé – Avellaneda, 2003
BENEN CIA, Julio Arturo – “La batalla de la frontera Norte. San Martín y la táctica de Güemes” – en “Historia Argentina” - planeada y dirigida por Roberto Levillier, t. III -  Plaza & Janés – Buenos Aires, 1968
CORNEJO, Lucio – ZENTENO, Francisco – “El Gaucho de Salta” – Ed. Mundo Gráfico – Salta, 2010
CORTÉS Hernán – “Cartas de relación a Carlos V” – Ed. Cambio 92 – Madrid, 1992
CUNNINGHAME GRAHAM, Robert – “Los caballos de la Conquista” – Ed. El Elefante Blanco – Buenos Aires, 1997
FRÍAS, Bernardo - “Historia del Gral. Güemes y de la Prov. de Salta”, t. II - Buenos Aires, 1971 -  
GARCÍA AÑOVEROS, Jesús M. – “Pedro de Alvarado” – Historia 16 – Ed. Quórum - Madrid, 1987
GOYRET, Teófilo – “La guerra de la Independencia”, en “Nueva Historia de la Nación Argentina”, Ed. Planeta, t. IV – Buenos Aires, 2000
LUNA, Félix – “Los Caudillos” – A. Peña Lillo editor – Buenos Aires, 1973
MARAÑÓN, Gregorio – “El Conde-Duque de Olivares” – Austral – Madrid, 1939
MESQUITA ERREA, Luis María – “Aporte de La Rioja a la Emancipación” -  Boletín del Instituto Güemesiano de Salta – nº 34 – año 2010
NAVAMUEL, Ercilia – “El Gaucho” (Artículo) - Salta
PREMOLI LÓPEZ, Apolo N. – del Inst. Güemesiano de Salta – “El ‘Ponchazo’ de Chicoana – Hechos de la vida del Coronel Luis Burela y Saavedra”, en ‘ACTAS del I Congreso Argentino Gral. Martín Miguel de Güemes, héroe nacional’ – Salta, junio 2005 -
ROMERO CARRANZA, Fernando – “San Martín, el caballo criollo y la Guerra de la Independencia” (Artículo) -
ROSA, José María – “Historia Argentina” – tomos III y VII – Ed. Oriente – Buenos Aires, 1992
SAENZ, Jorge – “1817, Batalla del Valle de Lerma” – Secretaría de Cultura – Salta, 2007
SCENNA, Miguel Angel – “Los militares” – Ed. de Belgrano – Buenos Aires, 1980
SOLANET, Emilio – “Pelajes criollos” –  Sainte Claire editora – con prefacio de Aimé Tschiffely – Buenos Aires, 1979
TORINO, Luis Arturo – “El Coronel Luis Burela y la Gesta de Güemes” - Salta
UDAONDO, Enrique et al. – “Grandes hombres de nuestra patria” – Ed. Pleamar, 3 tomos – v. Juan Antonio Alvarez de Arenales – José de San Martín







Notas anteriores

 

1ª nota

lunes, 24 de octubre de 2011

El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana - 1ª parte


http://aristocraciacatolica.blogspot.com.ar/2011/12/el-guerrero-y-el-caballo-iii-un.html

lunes, 24 de octubre de 2011

El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana - 1ª parte



miércoles, 9 de noviembre de 2011

El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana - 2ª parte - Hernán Cortés en la Jornada de las Hibueras


2ª nota

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana - 2ª parte - Hernán Cortés en la Jornada de las Hibueras



sábado, 3 de diciembre de 2011

El guerrero y el caballo (3ª nota) - Un estadista que apartaba los toros para las grandes corridas en las dehesas de Madrid


3ª nota


sábado, 3 de diciembre de 2011

El guerrero y el caballo (3ª nota) - Un estadista que apartaba los toros para las grandes corridas en las dehesas de Madrid




lunes, 6 de febrero de 2012

Nuestros prohombres de a caballo - El guerrero y el caballo en la gesta iberoamericana - 4ª nota


4ª nota

lunes, 6 de febrero de 2012

Nuestros prohombres de a caballo - El guerrero y el caballo en la gesta iberoamericana - 4ª nota


5ª nota

El guerrero y el caballo... - 5ª nota - "Tenían armas, equipo, caballos propios y un profundo amor a la tierra...no era una sociedad ovejuna



sábado, 24 de marzo de 2012

El guerrero y el caballo... - 5ª nota - "Tenían armas, equipo, caballos propios y un profundo amor a la tierra...no era una sociedad ovejuna

5ª nota




viernes, 11 de mayo de 2012

Los hacendados salteños resisten al absolutismo - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana (6ª nota)




6ª nota

 viernes, 11 de mayo de 2012

Los hacendados salteños resisten al absolutismo - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana (6ª nota)


jueves, 28 de junio de 2012

¡Pobre de aquel que se adentraba en aquellos montes impenetrables! - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana (7ª nota)



7ª nota

jueves, 28 de junio de 2012

¡Pobre de aquel que se adentraba en aquellos montes impenetrables! - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana (7ª nota)





miércoles, 1 de agosto de 2012

Había triunfado una estrategia, fruto de siglos de orgánica herencia hispano-criolla propia de nuestra cultura de patriarcado rural señorial y popular - (8ª nota) El guerrero y el caballo...





8ª nota

miércoles, 1 de agosto de 2012

Había triunfado una estrategia, fruto de siglos de orgánica herencia hispano-criolla propia de nuestra cultura de patriarcado rural señorial y popular - (8ª nota) El guerrero y el caballo...



viernes, 14 de diciembre de 2012

"Debían ser excelentes jinetes, acostumbrados a vivir a caballo" - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana (9ª nota)



9ª nota

viernes, 14 de diciembre de 2012

"Debían ser excelentes jinetes, acostumbrados a vivir a caballo" - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana (9ª nota)

jueves, 10 de enero de 2013

El antiguo cadete del Seminario de Nobles de Madrid tenía en mente a cuerpos de élite como los granaderos del Rey Sol - (10ª nota) - El guerrero y el caballo en la gesta hispanoamericana


 10ª nota




viernes, 19 de abril de 2013

9ª Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización Cristiana y la Familia

                                            Sala de una universidad medieval en Alemania
La civilización cristiana fue fecunda en proveer bienestar espiritual y material
para la  continua elevación de la sociedad - En esta universidad enseñaban grandes
doctores y estudiaban jóvenes nobles y plebeyos
                                           Hacer click sobre las imágenes para agrandarlas
Invitación a la IX Jornada de Cultura Hispanoamericana por la Civilización Cristiana y la Familia - Salta, 30 y 31 de agosto de 2013 - Para quienes deseen soluciones profundas y genuinas para la crisis contemporánea, decorrente del abandono de las vías bienhechoras de la Cristiandad
Constará de charlas, conferencias, presentaciones de libro y debates, para jóvenes y adultos
Un faro y una promesa en los días actuales, con absoluta certeza en el triunfo del Inmaculado Corazón de María prometido por la Ssma. Virgen en Fátima a los tres pastorcitos,  y la restauración de la Cristiandad enseñada por el magisterio pontificio tradicional, muy especialmente del recordado Papa San Pío X

sábado, 6 de abril de 2013

Soñando la civilización del Mar Egeo



Soñando la civilización del Mar Egeo










L
 a plomiza cultura uniformizada de la tv, el jean y el celular, de los gobernantes mal hablados y de los deportistas “gurús”, quiere achatar las mentes, romper los criterios estéticos y borrar las personalidades. Podemos resistir a ese proceso y al mismo tiempo entretener y elevar el espíritu por contraste valorando el arte y la sabiduría de los pueblos en una búsqueda inagotable de lo maravilloso, de valores de Bien, Verdad y Belleza que en definitiva constituyen reflejos del propio Ser divino, como puede ser una flor –aunque se encuentre en un lugar o junto a objetos que no condicen con su belleza.

Adentrémonos así en un lugar sorprendente: los suntuosos palacios de la civilización minoica, brillando en el aguamarina sembrada de oro del Mar Egeo… que lleva el nombre de un rey de tragedia…
Allí despuntó, más de dos mil años antes de Cristo, una original civilización prehelénica, de un refinamiento y exquisitez muy particulares.
Que esto se diera en un pueblo nada ajeno a las sombras y bajezas del paganismo es admirable. Y constituye un enigma, de los tantos que encierran los cofres del Mundo Antiguo.
La cabeza de este collar de ciudades extendido por el mar, desde la Grecia continental al Asia menor, serpenteando a través de Thera y las islas volcánicas -pilares de un invisible puente submarino-, se encontraba en Creta.
Los marinos egeos navegaban teniendo esos promontorios rocosos como torres y guías. ¡No fue el caso del Almirante Colón, Vasco da Gama ni del bravo Magallanes!
En su real palacio de Knossos residía el legendario soberano Minos, y desde allí señoreaba sobre un centenar de ciudades. Creta, “bella, opulenta y bien regada” según Homero,  vivía en paz interior y abundancia, produciendo en sus valles serranos aceite de oliva, cereales y vino, que conservaba en preciosas ánforas;  y comerciaba en ágiles barcos, con proas y popas de delfines y castillos. De estas artísticas naves fue sin duda el Argos, el navío arquetípico de la leyenda protohistórica, en el que los valientes Argonautas recobraron para Grecia el vellocino de oro retenido por un reino del Mar Negro.
Su situación insular le brindó seguridad a la tierra de Minos durante muchos siglos. Knossos no conoció las fortificaciones ciclópeas que se encuentran más tarde, en la fase micénica de la civilización egea, cuando la ciudad de los Atridas, “la rica en oro” (así como Naukratis era “la poderosa en barcos”), la Micenas de los ‘tesoros’ y de las tumbas que eran “verdaderas catedrales subterráneas” al decir de Pijoan, levantaba las murallas infranqueables del palacio-fortaleza de los Leones, que integraba esa familia de residencias reales con las cretenses (Knossos, Phaistos y Hagia Triada),  y la acrópolis o castillo de Tiryns (Tirinto). Moradas “soberbias” –dirían nuestros abuelos- de varios pisos, donde se caminaba sobre el piso de alabastro color miel, se respiraba el mundo submarino en los fabulosos frescos con incrustaciones de piedras, se hacían ruidosas reuniones guerreras en la larga sala de columnas del megarón, y los bardos cantaban las hazañas de los héroes fundadores y defensores de la ciudad en la del heroón.  
Palacios dotados de grandiosas escaleras y de baños e instalaciones sanitarias que marcan un estilo de vida que luego se perdió, con las invasiones de griegos primitivos que sumieron la Hélade en la Edad Obscura;  a la que sucedió una resurrección en los tiempos de las glorias homéricas de la Edad Heroica.
Es que una de las sorpresas que nos da frecuentemente el Mundo Antiguo son los pueblos que parecen no haber tenido infancia, que nacen con altos rasgos de civilización, como Egipto, y luego decaen en períodos de miseria y desolación. Lo refinado precede entonces a lo bárbaro, y cuando se sale de madre y atenta contra el orden y contra sí mismo viene como un castigo el aluvión de la barbarie.

La civilización minoica en sus mejores días fue proverbialmente fecunda. Sus artesanos modelaron y pintaron ánforas de aristocráticas formas esbeltas y audaces, o macizos vasos esféricos poblados de nautilos, peces y corales, o de pulpos que mueven sus tentáculos con la gracia de una danza submarina. El oleaje está vivo en la cerámica minoica y en los frescos de Knossos, con sus focas y pulpos que representan la potencia del propio Minos.
Monarca legendario que estableció su talasocracia –“gobierno del mar”-, imperio naval evocado por Tucídides. Antiguas leyendas lo presentan expulsando a los piratas que asolaban el Mediterráneo oriental, pero cobrando a cambio el insoportable tributo anual de 100 jóvenes, varones y mujeres, para alimentar al monstruoso minotauro, mitad hombre y mitad toro.
Hace su aparición el toro que fascinó por su fortaleza indomable a los pueblos mediterráneos y sus herederos de ultramar, que dio origen a tradiciones y juegos, desde Pamplona hasta los cerros del altiplano boliviano, el “toro encuetillado” que se pone a los pies de la Virgen de la Candelaria en Humahuaca, antes de aterrorizar a los promesantes con sus encaradas, el toro de Casabindo y tantos otros.
Las leyendas griegas -que como dice Pijoan encierran mucha verdad histórica (encendieron la imaginación de Schliemann para volver a la luz del día a Micenas, Tirinto y Troya, que dormían bajo su sepultura milenaria)- evocan al príncipe de Atenas, Teseo, que se rebela contra el salvaje tributo y, ayudado por la princesa cretense Ariadna –la del “hilo” providencial- logra matar al minotauro y salir del laberinto a nuevas aventuras.

E
ntre los esplendores  del Egeo brilla la micénica vaina de un puñal en la que se encuentran finamente grabadas en laminillas de oro escenas guerreras y el ataque de leones. Y estatuillas de marfil que llegaron a Egipto y a la misma Babilonia, y los frescos con el enigmático salto ritual del toro, en que el atleta toreador se tomaba de las astas del animal enfurecido y daba una arriesgada voltereta sobre su lomo, cayendo parado por detrás.
El poder de los Minos –nombre que se hace hereditario como el de faraón- fue quebrantado cerca del 1400 a.C., cuando los helenos estuvieron en condiciones de cruzar el mar y caer sobre el pulpo cretense.
Los príncipes griegos que sacudieron el yugo de la Talasocracia imitaron las costumbres minoicas,  comiendo en vajilla de oro y cargando espadas labradas por artesanos cretenses.
El cetro pasó de Creta a Micenas, y en la liga contra la minoica Troya que narra la Ilíada, Idomeneo, rey de Creta, está en el campo del “Rey de Reyes”, Agamenón de Micenas, jefe de la alianza.
Los arqueólogos fascinados por las culturas egeas admiraron la elegancia de aquellas damas antiguas del Mediterráneo retratadas en coloridos cortejos, en quienes hallaron a las primeras europeas “con cuerpo y alma”, bautizándolas como “parisienses”.
P
refiguras de una lejana aurora de un tipo humano que resurgiría en la Grecia clásica y que, por sucesivos amaneceres y ocasos, florecería plenamente en la Cristiandad medieval y en el Antiguo Régimen europeos. 
De Carlomagno a Luis XIV y María Teresa de Austria, los pensadores y artistas supieron extraer las mejores quintaesencias de los pueblos de la Antigüedad, desechando lo negativo, que no era poco. Al Ancien Régime le sucedió la Revolución Francesa seguida de la Industrial, el socialismo y el comunismo, la Sorbona y el punk, adorador de la negrura, la sordidez y la fealdad. 
Hoy se venden como prendas de moda jeans gastados y rasgados, y se perfora y desfigura el rostro y el cuerpo con incrustaciones y tatuajes. Estos neo-bárbaros voluntarios amantes de la hediondez "punk", hurlent de se trouver ensemble (*) con los tipos humanos de la civilización cristiana y hasta con los modelos clásicos de la Antigüedad. Un sociólogo francés afirma que nos encontramos en el ocaso de la razón...
Ciertamente, es adonde nos quieren llevar. Aquellas culturas carentes del tesoro de la verdadera Fe lograron sin embargo -a pesar de todos sus lados oscuros y negros- dar grandes pasos hacia el ideal de belleza y elegancia... pues "el alma humana es naturalmente cristiana"...
Antecedentes valiosos para medir la decadencia causada por el abandono revolucionario de la Civilización Cristiana y luchar por su restauración, como nos enseñó aquel inmortal Pontífice del siglo XX, San Pío X. Difundir el Bien, la Verdad y la Belleza es central en esta lucha.
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(*) expresión francesa: aúllan de encontrarse juntos.