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n la Edad Media , los hombres
estaban imbuidos de esa infancia espiritual enaltecida por el Divino Maestro
como una elevada forma de sabiduría e inocencia, que se expresaba en los
vitrales, las miniaturas iluminadas y las historias y leyendas doradas, en que
frecuentemente intervenían caballeros, Angeles y Santos.
No por eso dejaban de ser
plenamente conscientes de las realidades de la vida, con sus luces y sombras,
pero tenían el espíritu abierto a lo trascendente, lo maravilloso, lo absoluto,
perspectiva desde la cual se comprende y adhiere al bien en todas sus
manifestaciones y se rechaza y combate el mal en todas sus formas. Por eso fue
la época de las cruzadas y de la caballería, ideal encarnado en los albores de
los Tiempos Modernos por Isabel la
Católica.
Al acercarse el V aniversario de la
muerte de la gran Reina, y ante el “homenaje digno” que instituciones
defensoras de nuestra tradición se aprestan a hacer en su memoria en la Ciudad de Todos Santos de la Nueva Rioja y otros
puntos del país, hemos querido divulgar aspectos centrales de esta gran figura
fundacional de la América
hispana y cristiana.
Hemos podido comprobar que
el interés por doña Isabel, Reina de Castilla, de Aragón, de las Islas y Tierra
Firme de la Mar Océana
(nuestra Iberoamérica), aflora en grandes y pequeños, como al soplo de
una gracia de encanto y gratitud por la que, en el orden humano, trajo la luz
de la Fe y de la
civilización cristiana para beneficio de los aborígenes , como así también de
los españoles y africanos que vinieron al Nuevo Mundo. Región privilegiada que,
por su profunda unidad cultural católica, pudo ser llamada por el Papa Pío XII
el Continente de la
Esperanza. A Isabel se debe el hecho grandioso de que las
naciones americanas hayan nacido cristianas.
Con el doble propósito de sumarnos al
homenaje a esa gran figura, y de atender al interés que ella despierta, hemos
preparado esta monografía histórica, limitada, entre otras cosas, por el corto
período de tiempo que medió entre la decisión de realizar este homenaje (agosto
de 2004), y los breves días
transcurridos hasta la fecha.
Para asomarnos al espectáculo grandioso de su
vida, nos valdremos de la biografía que publicó, con el título de “Isabel, la Cruzada ”, el historiador
norteamericano del siglo pasado, William Thomas Walsh, gran especialista en la Historia de España. Dicha obra es la fuente
bibliográfica principal de la que hemos tomado la información general sobre la
mayor parte de los hechos comentados y la división en capítulos, que Walsh
enumera, sin especificar su contenido.
Dada su modesta finalidad de
divulgación, nos parece una base suficiente para esbozar una monografía,
trabajo cuyas características permiten comunicar al público, rápidamente, una
interpretación sobre determinados hechos históricos sin esperar a “completar el
grueso volumen de tesis” (cf. M. A. Scenna, “Los que escribieron nuestra
historia”, Ed. La Bastilla ,
Bs. As., 1976, p. 64).
Las citas no pertenecientes
a autores expresamente nombrados en estas páginas -con la respectiva indicación
bibliográfica-, fueron extraídas de “Isabel, la Cruzada ” (Ed.
Espasa-Calpe, colecc. Austral, 4ª ed., volumen extra). Tales citaciones de
Walsh aparecen entre comillas, sin indicación de autor ni de página; el lector
podrá encontrarlas en los capítulos respectivos de su obra.
Son originales de la
presente monografía, “La gesta de Isabel la Católica , Pilar de la Cristiandad
Iberoamericana ”, el enfoque general
—que a veces se aparta del que brinda Walsh—, los títulos de los capítulos, y
los comentarios y conclusiones.
Tomamos como ejemplo
el método del Dr. Plinio Corrêa de Oliveira quien, para elaborar su visión de
la historia de la
Cristiandad y del embate de la Revolución
anticristiana, se basó en tres aportes fundamentales:
a)
la Fe católica y el magisterio
pontificio tradicional
b)
la Historia
c)
la
lógica y el sentido común
Hemos procurado inspirarnos
en las enseñanzas de ese gran líder católico, particularmente en sus obras
maestras “Revolución y Contra-revolución” y “Nobleza y Elites tradicionales
análogas”, que tan altamente valoraba el impulsor de la canonización de Isabel la Católica , el ilustre
canonista P. Anastasio Gutiérrez C.M.F.
Con base en estos ensayos,
abordamos la figura señera de Isabel la Católica , Madre de la Cristiandad
Iberoamericana.
Su personalidad y su obra
son fuente de inspiración para la defensa de la identidad de Iberoamérica y el
cumplimiento de su llamado a orientar al mundo en las vías de la fidelidad al
ideal perenne de la
Civilización Cristiana. Fidelidad que implica enfrentar con
hidalguía y firmeza, clarividencia y dedicación, la Revolución sensual e
igualitaria que jaquea a la
Cristiandad.
Que nos valga ante la Virgen Medianera
de todas las gracias, “ruina y destructora de los errores y las herejías”, el
ejemplo y la intercesión de la
Sierva de Dios Isabel la Católica, que combatió eficazmente
las tramas de los enemigos de la
Cristiandad , como veremos en estas páginas.
Luis María Mesquita Errea
Sañogasta, La Rioja, Argentina
Noviembre de 2004
V Centenario de la muerte de
Isabel la Católica
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