viernes, 20 de mayo de 2011

Duque Paul de Oldenburg: su entusiasmante lucha por la familia, la vida y la civilización cristiana

“El Bureau en Bruselas nos facilita el contacto con los responsables europeos en sus lugares de trabajo, y también para invitarlos a asistir a eventos”



Federación Pro Europa Cristiana
Entrevista exclusiva concedida por el Duque Paul de Oldenburg
Héctor A. Buchaul, “Catolicismo”

El Duque Paul de Oldenburg es miembro de la TFP alemana y responsable en Bruselas del Bureau de representación de la “Federación Pro Europa Cristiana”.
Ingeniero agrónomo, desciende de dos de las casas dinásticas germanas más ilustres. Sus antepasados por el lado paterno eran soberanos del Gran Ducado de Oldenburg, en el norte de Alemania, y se casaron con herederas de varios tronos europeos. La familia Oldenburg reina en Dinamarca (desde 1448) y en Noruega (desde 1905), habiendo reinado en Rusia (1796-1917), Grecia (1863-1974) y Suecia (1751-1818). En Inglaterra, cuando la Reina Isabel II sea sucedida en el trono, éste pasará de la actual Casa de Windsor a la Casa de Oldenburg en la persona del Príncipe Carlos o de sus descendientes, dado que el Príncipe Felipe, consorte de la Reina, es oriundo de la dinastía griega, rama de los Oldenburg.
Por el lado materno, el Duque Paul es de la familia Hohenzollern, dinastía de los antiguos Reyes de Prusia que posteriormente fueron Emperadores de Alemania hasta la caída del Kaiser Guillermo II, al fin de la I Guerra Mundial.
El Duque es casado con Doña Pilar Méndez de Vigo y Löwenstein, y padre de cuatro hijos: los duques Kiril, Carlos y Paul María, y la pequeña duquesa María Asunta.
* * *
Catolicismo - ¿Desde cuándo existe y cuál es la función del Bureau de representación de la Federación Pro Europa Cristiana en Bruselas?
Duque Paul
– El Bureau fue inaugurado el 8 de diciembre de 2009 y puesto bajo el patrocinio de la Inmaculada Concepción, cuyo auxilio nos es tan necesario. Nuestro objetivo es defender las raíces cristianas de Europa, en particular en lo que el Papa Benedicto XVI llamó “valores no negociables”, o sea, el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el carácter sagrado de la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, y el derecho de los padres de educar a los hijos sin la interferencia indebida del Estado.
Apenas para ilustrar la necesidad de ese trabajo, aquí en Europa está habiendo mucha reacción ante el hecho de que una madre alemana esté actualmente en prisión tan sólo por haberse negado a que sus hijos vayan a las clases de educación sexual de la escuela pública –que en realidad son más bien clases de “corrupción moral”.




Sede del Bureau de la Federación Pro Europa Cristiana, en Bruselas




Catolicismo —¿Por qué se eligió Bruselas para las actividades del Bureau?
Duque Paul
(…) Una semana antes de la inauguración del Bureau entró en vigencia el Tratado de Lisboa, versión camuflada del proyecto de Constitución europea propuesto por un Presidium, y rechazado en referéndum por los holandeses y franceses, que además de reducir más aún la soberanía de los estados miembros, les impuso la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Esta carta representa para Europa algo similar a lo que es para el Brasil el Plan Nacional de Derechos Humanos-3, es decir, más facilidades aún para el aborto, igualdad de derechos para los homosexuales, negación de la herencia cristiana como una de las fuentes de inspiración de los derechos, marginalización de la religión del debate público, etc.
Debido a esa evolución, lo que constituía un debate interno de cada Estado pasó a ser un debate europeo. Pues la mayoría de las novedades legislativas de los miembros de la Unión Europea no son más decididas por los respectivos parlamentos nacionales, sino que las así llamadas “directivas” europeas son de aplicación obligatoria en el derecho interno. Un estudio pedido por el Sr. Roman Herzog, ex Presidente de Alemania y de la Corte Constitucional Europea, demostró que la aplicación de esas “directivas” representó más del 80% de la nueva legislación alemana entre 1998 y 2004. Y luego de esa fecha, las cosas no han hecho sino empeorar!
Como esas “directivas” son propuestas por la Comisión Europea, discutidas consultivamente por el Parlamento Europeo y después aprobadas por el Consejo de la Unión Europea, el debate de las grandes cuestiones sociales se trasladó, de hecho, de París, Londres, Lisboa o Varsovia a Bruselas.
Esos fueron los motivos por los cuales la Federación Pro Europa Cristiana instaló su Bureau de representación en Bruselas, en el así llamado “Barrio Europeo”, a dos pasos de la Comisión Europea y un poco más lejos del Parlamento Europeo y de las demás instituciones comunitarias. Esto nos facilita el contacto con los responsables europeos en sus lugares de trabajo -también para invitarlos a asistir a eventos en el propio Bureau.
Catolicismo - ¿La principal función del Bureau es entonces hacer lobby?
Duque Paul
- En primer lugar, estar al tanto de lo que se trama entre bastidores. Luego, tratar de influenciar en el buen sentido el curso de las discusiones. Otro aspecto de nuestras actividades es favorecer la formación de redes de resistencia en las distintas áreas: derecho a la vida, familia, valores religiosos, etc. Ya antes de nuestra llegada había varias asociaciones trabajando por la buena causa, pero cada una actuaba en su pequeño escritorio, en su rincón, sin estar coordinadas entre sí. Como nuestra sede es amplia, contribuimos a la realización de reuniones y encuentros de líderes y militantes para diseñar estrategias comunes y llevar a cabo esfuerzos simultáneos. Cada asociación conserva su ángulo de acción específico, pero todas tienen conocimiento de lo que las otras están realizando. Así, las informaciones circulan mejor e inclusive se ejecutan iniciativas comunes.
Catolicismo — Se trata, por tanto, de un trabajo de cúpula…
Duque Paul
— Principalmente sí, pero hace falta de todos modos que los militantes y el público en general –en este caso, el de Bruselas y sus barrios periféricos- se sientan involucrados en el combate, algo esencial para defender los valores de civilización cristiana que aún quedan. Porque todo el mundo, aún los eurócratas apátridas, numerosos en muchas instituciones europeas, son sensibles a las opiniones que circulan en los ambientes en los que viven.
Catolicismo - ¿Cómo logra la Federación hacer llegar su mensaje a las bases?
Duque Paul
– Organizando conferencias abiertas al público. Ya en la inauguración hubo una conferencia del Prof. Roberto de Mattei, Vice-presidente del Centro Nacional Italiano de Investigaciones, sobre el peligro de la admisión de Turquía en la Unión Europea (UE). Es un tema muy debatido, especialmente en Alemania, donde hay una maciza inmigración turca, y también en Austria, que aún recuerda el cerco de Viena y el peligro otomano en sus fronteras.
Luego tuvo lugar la conferencia del Sr. Stéphane Buffetaut, funcionario europeo especializado en cuestiones climáticas, que alertó contra la agenda internacional totalitaria y maltusiana que se está desarrollando so pretexto de ecología y “calentamiento global”.
Otra conferencia que causó mucha impresión fue la que dio una conocida Diputada europea por Eslovaquia, la Sra. Anna Zaborska, sobre la ofensiva europea contra la familia. Alegando resolver los conflictos de familia existentes más allá de las fronteras y armonizar las legislaciones, y aún adaptar las legislaciones a la “evolución de la sociedad”, la UE viola los propios tratados, porque las cuestiones de derecho de familia son de competencia exclusiva de los países y no de la UE. Es decir que, en realidad, la UE le da fuerza de ley a las reivindicaciones de los lobbies feministas y del lobby homosexual.
La conferencia más reciente trató en parte de la familia. Fue dada por Ignacio Arsuaga, fundador y Presidente de Hazte Oír, la mayor organización de la sociedad civil española, que el año pasado reunió en Madrid un millón y medio de personas en una protesta contra el aborto. Arsuaga se refirió al radicalismo anticristiano del “Proyecto Zapatero” de transformar la sociedad española, que es una especie de laboratorio de lo que pretenden que sea la Europa del mañana (ver art. de Catolicismo).
Pero la más impresionante debe haber sido la del Diputado europeo Magdi Cristiano Allam. El mostró que, pese a que existen musulmanes moderados, el Islam como religión es siempre radical, y que si los líderes europeos no cambian de actitud, en breve la Eurabia –Europa islámica- se hará realidad (ver Catolicismo, marzo de 2011).
Catolicismo - ¿Está dando resultado ese trabajo de movilización de las conciencias?
Duque Paul
– Ciertamente, si consideramos la participación del público en las conferencias y en las reuniones de coordinación. Prácticamente todas las corrientes conservadoras activas en las instituciones europeas participan de nuestros eventos; tanto la élite de la sociedad sumamente cosmopolitizada que vive actualmente en Bruselas como la alta Nobleza belga.
Catolicismo - ¿Cuál es, específicamente, su trabajo?
Duque Paul
– No tener un trabajo específico sino ser el rostro visible del Bureau, el responsable de establecer y mantener contactos con altos funcionarios, parlamentarios, líderes de asociaciones conservadoras y la élite belga. Por otro lado, el de supervisar la organización de las actividades generales del Bureau.
Catolicismo – Eso solo no debe dejarle tiempo libre para otras cosas…
Duque Paul
– Algo de tiempo me deja, lo que me permitió, por ejemplo, lanzar por internet una campaña de la Federación Pro Europa Cristiana contra el aborto y el “casamiento” homosexual en Luxemburgo. La campaña se llama SOS Vita y ya ha tenido iniciativas exitosas.




El Gran-Duque de Luxemburgo (en la foto com su esposa) se negó a firmar la legalización de la eutanasia que el Partido Demócrata-Cristiano quiso implantar en el país. “Otro aspecto de nuestras actividades es favorecer la formación de redes de resistencia en las distintas áreas: derecho a la vida, familia, valores religiosos, etc.”
Catolicismo - ¿Por ejemplo, cuáles?
Duque Paul – La primera consistió en una campaña de envío de e-mails a los diputados de Luxemburgo para que no aprueben un proyecto del gobierno de Jean-Claude Juncker que tornaba aún peor la ley de aborto. El gobierno quiso hacer aprobar el proyecto a escondidas pero, alertados por amigos luxemburgueses, dimos la alarma y organizamos una petición por internet. Ya en los primeros días de la campaña, el site del Parlamento quedó saturado con los e-mails que llegaban a las casillas de los diputados. El responsable del sistema informático llegó a amenazar a nuestro proveedor con una acción judicial por obstaculizar el trabajo parlamentario.
El resultado fue que el proyecto, que iba a ser discutido como prioritario en julio pasado –poco antes de que los luxemburgueses salgan de vacaciones- entró en un “compás de espera”.
Catolicismo – ¡Qué interesante! ¿Hay algún otro caso similar?
Duque Paul
– Sí. A fines del año pasado organizamos una interpelación al Primer Ministro Juncker, líder del CSV, Partido Demócrata Cristiano de Luxemburgo, en el poder desde la I Guerra Mundial. En ella denunciábamos que el programa actual del partido era contrario a su nombre de “cristiano” en virtud de que, a fines de 2008, había impuesto la legalización de la eutanasia –que el Gran Duque de Luxemburgo se negó a firmar, siendo por eso despojado de parte de sus poderes. Y ahora, además de querer tornar peor la ley de aborto, pretendía encima reconocer el llamado “casamiento homosexual” y establecer la adopción simple de niños por “parejas” del mismo sexo. Agregábamos que esas medidas legislativas conducirían a un conflicto religioso en el Gran Ducado, porque los ciudadanos (católicos en su inmensa mayoría) tendrían que escoger entre obedecer a la Ley de Dios u obedecer a la ley inicua de los hombres. Entonces, una de dos: o el partido tenía que eliminar de su nombre el calificativo de “cristiano”, o reformar su programa.
Enviamos el texto de la interpelación a la mitad de los hogares de Luxemburgo –cuya población sobrepasa el medio millón de habitantes-, y a la zona rural, donde vive la parte más conservadora de la población, que tradicionalmente vota al CSV. La campaña tuvo tal repercusión que la principal emisora de radio y tv de Luxemburgo (la RTL, la mayor radio de Europa…) me entrevistó y mantuvo durante 48 horas la noticia de nuestra interpelación entre las principales novedades de su site. Jean-Claudo Juncker no respondió, y tampoco siguió con sus iniciativas.
Catolicismo - ¿Esto no podría constituir una interferencia extranjera en asuntos internos de un pequeño país como Luxemburgo?
Duque Paul
– Si esto se hiciera en América del Sur, su objeción tendría toda cabida. Pero no debemos olvidar que, a causa de la Unión Europea y de la libertad absoluta de circulación de personas, bienes y servicios que ésta impuso, así como por la erosión de las soberanías nacionales (la moneda única, por ejemplo), la objeción ha perdido toda validez en Europa.
Además, en el caso específico de Luxemburgo, Juncker no puede quejarse porque, al realizarse el primer referéndum irlandés sobre el Tratado de Lisboa, Luxemburgo ocupaba en la persona de Juncker la presidencia rotativa de Europa (que cambia cada 6 meses). Este hizo entonces un vehemente llamado a los irlandeses a aprobar el tratado, pese a que coartaba de varios modos la soberanía de Irlanda. Entonces, declaró: “No soy irlandés, soy luxemburgués, y por lo tanto europeo. Luego, un poco irlandés”.
Con mucho mayor razón puedo decirlo de mí mismo, pues corre en mis venas la sangre de muchas naciones europeas, con cuyos antiguos soberanos hicieron alianzas matrimoniales mis antepasados… El Duque Paul (al fondo) y representantes de algunas de las asociaciones que forman parte de la Federación Pro Europa Cristiana
”Mi conversión fue la mayor gracia que recibí en mi vida, y su pregunta me permite dar testimonio de ella como agradecimiento a Dios por tan inmerecido favor”.




Catolicismo – Si Su Alteza lo permite, me gustaría que tratara un poco, no del Bureau en sí, sino de la propia Federación. De lo que ella es y de cuáles son sus objetivos.
Duque Paul
– La Federación se fundó en 2002 y reúne a ocho asociaciones europeas que actúan en seis países de Europa Occidental, Central y Oriental. Esas asociaciones buscan defender los principios cristianos en el orden social, y su acción se inspira en el pensamiento y en los métodos ideados por el gran líder católico brasileño, Prof. Plinio Corrêa de Oliveira. La Federación no interviene en la organización interna ni en las actividades propias de las asociaciones-miembro, cada una de las cuales conserva su especificidad. Pero trata de ayudarlas en la promoción de objetivos comunes, especialmente a nivel europeo. Trata asimismo de contribuir a una toma de conciencia de los valores comunes de Europa, y en particular de la herencia cristiana que hizo su grandeza y que está en la base de su patrimonio espiritual.
Catolicismo – Además del Bureau de representación en Bruselas, ¿la Federación desarrolla alguna otra actividad relevante?
Duque Paul
– Dos en particular, ambas en Francia. Un centro de investigaciones y de difusión compartida de know-how, especialmente en el campo de las nuevas tecnologías de información basadas en internet, en las cercanías de Chartres. Y un centro de formación de jóvenes, en la ciudad de Creutzwald, en la frontera entre Francia y Alemania, en el que se organizan regularmente jornadas de formación destinadas a los militantes nuevos o futuros de las asociaciones-miembro de la Federación.
Catolicismo – Antes de concluir, y si no es mucha indiscreción, me gustaría preguntarle cómo se dio la conversión de Su Alteza al catolicismo, pasando a ser el primer católico varón de su familia, luego de la adhesión de sus antepasados a la pseudo-Reforma de Lutero.
Duque Paul
– No es ninguna indiscreción, dado que se trató de la mayor gracia que he recibido en mi vida, y su pregunta me permite dar testimonio de ella como agradecimiento a Dios por tan inmerecido favor. Con la ayuda de la Ssma. Virgen, mi conversión se dio en dos etapas sucesivas. En una primera fase, la gracia abrió mi alma a los horizontes de la Contra-Revolución, y, luego de esto, a la atmósfera de la Iglesia Católica.
Estudié Agronomía en la Universidad de Göttingen, gran centro académico cercano a la frontera de la ex Alemania Oriental. En la Universidad, un joven noble prusiano amigo mío creó una asociación estudiantil llamada Círculo de Göttingen, cuya finalidad era defender los derechos de los antiguos propietarios rurales expoliados de sus tierras, y que no las habían recuperado –ni siquiera recibido una indemnización- luego de la reunificación del país.
Ese líder estudiantil organizó un week-end de formación sobre estrategia de acción ideológica con miembros de la TFP alemana. Una de las conferencias fue sobre la crisis actual y el proceso histórico descripto en Revolución y Contra-Revolución, de Plinio Corrêa de Oliveira. Siempre había admirado la Edad Media, los castillos, la caballería, las cruzadas, las catedrales y me quedé entusiasmado con la exposición a pesar de, entre otras cosas, haber demostrado que la pseudo-Reforma Protestante había sido la primera Revolución que sacudió las bases de ese orden medieval que admiraba.
Algunos de los participantes luteranos nos quedamos interesados en conocer mejor la doctrina católica.
Poco después, los miembros de la TFP alemana nos pusieron en contacto con Mons. Rudolf-Michael Schmitz, a quien fuimos a visitar en la residencia bávara del Instituto Cristo Rey Sumo Sacerdote, del que era entonces Superior en Alemania. En largas conversaciones expuso con gran claridad la diferencia entre la Weltanschauung (cosmovisión) tan equilibrada de la Iglesia Católica y la Weltanschauung pesimista de la doctrina luterana de la justificación.
En determinado momento Mons. Schmitz nos invitó a asistir a la Santa Misa, que estaba por celebrar en el rito antiguo, el tridentino, de frente al altar. Fue en el silencio sacral y en la belleza de los gestos de la celebración de esa misa que comprendí como en un flash que la Iglesia Católica era la única Iglesia verdadera, del único Dios verdadero.
Luego de algunos meses de formación, abjuré del protestantismo y fui recibido en la Iglesia Católica, en Roma, por las manos de Mons. Custodio Alvim Pereira, Arzobispo emérito de Lorenzo Marques, hoy Maputo, capital de Mozambique. El Duque Paul diciendo un discurso en una ceremonia del centenario del nacimiento de Plinio Corrêa de Oliveira, en diciembre de 2008 “Luego de algunos meses de formación, abjuré del protestantismo y fui recibido en la Iglesia Católica, en Roma, por las manos del Arzobispo Mons. Custodio Alvim Pereira”
Catolicismo - ¿Y en esa ocasión Su Alteza entró en la TFP alemana?
Duque Paul
- No, eso ocurrió luego de algunos años. Poco después me casé y me fui a trabajar a un agujero de Rusia perdido en el mapa, para una multinacional agropecuaria. Como, después de un tiempo, me dí cuenta de que allí no había posibilidades ni de trabajar bien ni de educar a mis primeros hijos, decidí volver a Alemania. Allí retomé el contacto con los miembros de la TFP alemana, especialmente con el Sr. Atilio Faoro, un ítalo-brasilero que hacía apostolado contra-revolucionario en Frankfurt. El me invitó a participar de una Universidad de Verano de la TFP en Austria, durante la cual me impresionaron de modo especial el trabajo realizado por los jóvenes de la TFP norteamericana en las universidades de su país, y la personalidad del Príncipe Dom Bertrand de Orléans y Braganza.
En esa ocasión me hicieron entrega del libro Nobleza y élites tradicionales análogas en las alocuciones del Papa Pío XII, del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, que empecé a leer al volver a casa. La lectura de las palabras del Papa y de los comentarios del Dr. Plinio sobre el papel natural de liderazgo de la Nobleza en los destinos de la sociedad, y respecto de las gravísimas obligaciones que de ello derivan para los nobles, me pusieron entre la espada y la pared: o tenía que darle otro rumbo a mi vida –con el asentimiento de mi mujer- y poner al servicio de la Contra-Revolución todo lo que la Providencia me había concedido, o me hundía en la mediocridad de una pequeña vida correcta pero frustrante; o, peor aún, intentaba imitar a algunos de esos príncipes jet-set que dan escándalos. A lo largo de esa bendecida lectura comprendí que mi vocación era realmente la de ser un contra-revolucionario en las huestes benditas de Plinio Corrêa de Oliveira.
Después de la conversión al catolicismo, esa fue la segunda mayor gracia de mi vida: dedicarla a la causa de la civilización cristiana, para que pronto pueda venir el Reino de María, como fue previsto en Fátima. Es la finalidad a la que trata de contribuir mi modesto trabajo en el Bureau de Bruselas de la Federación Pro Europa Cristiana.
Catolicismo - ¿Algún mensaje final para los lectores de Catolicismo?
Duque Paul
– Cómo no… Que tengan cada día más devoción a Nuestra Señora, porque Ella es verdaderamente el Refugio de los Pecadores, el Consuelo de los Afligidos y el Auxilio de los Cristianos! Y también porque es Ella quien va a aplastar la cabeza de la serpiente –o sea, la Revolución- y restaurar la civilización católica, como lo prometió en Fátima.
Fuente:
www.catolicismo.com.br

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