domingo, 4 de enero de 2009

"La aristocracia es un elemento necesario en una sociedad bien constituida", enseña un Cardenal español



En "Nobleza y élites tradicionales análogas", Plinio Corrëa de Oliveira comenta algunos textos del extenso y erudito homiliario "Verbum Vitae - La Palabra de Cristo" elaborado por una comisión de intelectuales católicos bajo la dirección del Cardenal español Mons. Angel Herrera Oria -entonces Obispo de Málaga. El trabajo refleja lo que llamaríamos la idea católica clásica de aristocracia, ya que Mons. Herrera Oria no era considerado un "conservador" -más bien era resistido por sectores conservadores, por lo que no es sospechoso de parcialidad a favor de la aristocracia.
Es de gran valor para poner el importante tema en sus carriles. Pues por falta de información, flotan muchas objeciones contra la idea de aristocracia o de aristócrata en los ambientes católicos. Muchos creen que atenta contra la tan pregonada -y desconocida- virtud de la humildad. La doctrina recordada por el Cardenal debería servir de materia de reflexión para deshacer prejuicios y rectificar ideas y estar en completa armonía con lo que enseña la Iglesia.
Vayamos al texto:

El esquema [del Cardenal] comienza por considerar a la aristocracia en función de la sociedad y no en función del Estado: "La aristocracia es un elemento necesario en una sociedad bien constituida." Y añade enseguida: "Recordemos lo que enseñan la filosofía, la teología y el derecho público cristianos acerca de la aristocracia."
1. Sentido filosófico
"Aristócratas son los mejores", de acuerdo con el sentido etimológico de la palabra. Esta "lleva embebida en sí la idea de perfección, la idea de virtud".
En efecto, "la aristocracia tiene hábitos virtuosos". Se habla aquí de hábitos "de entendimiento y de voluntad", por los cuales
"sobresale la aristocracia"."El tipo de aristócrata, individualmente considerado, que engendra la filosofía antigua, es el sabio."
Son virtudes fundamentales de la aristocracia
"la perfección moral y el amor al pueblo".
[cf. "Nobleza y élites tradicionales análogas", Apéndice IV "La aristocracia en el pensamiento de un Cardenal del siglo XX...", pp. 241 y ss.]

COMENTARIO de Pelayo:
la sociedad argentina pasa por momentos muy difíciles por falta de una verdadera clase dirigente tradicional que ocupe el lugar que le corresponde. Existen familias tradicionales, existen dirigentes auténticos, pero diversas circunstancias configuran una situación muy distinta de la deseable.
Una sociedad bien constituida debe tener una aristocracia. Esta debe estar integrada por los más virtuosos, los más rectos, dedicados, fieles, honestos, capaces. No sólo capaces de desempeñar funciones de carácter político, cultural, educativo, militar, empresarial, etc., sino de irradiar excelencia, característica de la misión de la nobleza y de las élites tradicionales análogas.
Virtudes fundamentales son perfección moral y amor al pueblo.
El lector dirá: "¡Qué falta hace esto!". Coincidimos, y de ahí nuestro entusiasmo en difundir estas enseñanzas. Esperamos su ayuda en esta obra fundamental para el reerguimiento de la sociedad, lector amigo...
Cordialmente,
Pelayo

NOTA:
Para descargar el texto completo del apéndice IV (en portugués) entrar en el siguiente sitio:

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