lunes, 28 de junio de 2021

San Pablo: Dios eligió un Apóstol noble para Doctor de las Naciones - Apuntes de "Tesoros de Cornelio a Lápide"






En vísperas de la Fiesta de San Pedro y San Pablo presentamos a nuestros lectores y amigos estos apuntes tomados de la excelente obra de uno de los teólogos más grandes de Occidente:

 

PABLO (San). Apuntes tomados de Tesoros de Cornelio a Lápide

 (DIOS ELIGIO UN APOSTOL NOBLE PARA DOCTOR DE LAS NACIONES)

San Pablo era judío y de familia noble.

La primera riqueza y prerrogativa de S. Pablo es su carácter ¿Por qué es llamado S. Pablo «vaso de elección?» dice S. Jerónimo. Porque era un arca preciosa de la ley y de las Sagradas Escrituras:

San Pablo era de un carácter elevado, magnánimo, heroico. ¿Quién le ha igualado? ¿Quién ha trabajado como él? ¿Quién ha tenido padecimientos mayores y más numerosos? ¿Quién ha desplegado tanta intrepidez en los peligros? ¿Quién ha sido tan atrevidoperseverante siempre en sus empresas? ¿Quién ha obrado tantas y tan grandes maravillas? En todas las circunstancias su carácter fue el mismo, dulce, amante, firme, generoso, sublime é inquebrantable.

La vocación de S. Pablo es notable en haber sido llamado desde lo alto del Cielo por Jesucristo inmortal y glorioso, mientras que los demás apóstoles fueron elegidos y llamados por Jesucristo vivo en la tierra.

Es también extraordinaria aquella vocación, porque Jesucristo triunfó del Apóstol cuando su odio contra los cristianos habia llegado á su colmo. Respirando amenazas y sangre contra los discípulos del Señor, Saulo, dicen las Actas de los Apóstoles, fué á encontrar el príncipe de los sacerdotes: ; y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco para traer encadenados á Jerusalen á los hombres y á las mujeres que siguiesen los preceptos cristianos. Habiendo emprendido su camino, una luz del Cielo brilló de repente al rededor suyo, cuando se hallaba cerca de Damasco. Y cayendo al suelo, oyó una voz que le decia: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El exclamó: ¿Quién sois, Señor?

Y el Señor repuso: Soy Jesús, á quien persigues; duro es para ti volverte contra el aguijón: Lleno de espanto y tembloroso, Pablo exclamó: ¿Qué queréis, Señor, que haga?

(LA MAJESTAD Y EL PODER DE NSJC LO DERRIBÓ)

(Áct. IX. 3-6.)

 ¡Qué vocación más milagrosa, y qué gracia tan eficaz!

¿Quién es el pecador ó el penitente que ha de desesperarse al ver la súbita conversión de S. Pablo por la infinita bondad de Dios?

Pablo era semejante á los demonios, deseando sólo perseguir y matar a los fieles; y convertido luego en apóstol, fué el modelo de todas las virtudes, no deseando más que la gloria de Dios y la salvación de las naciones.

(DE LAS NACIONES, NO DICE DE LAS ALMAS…)

El que poco ántes combatía á Jesucristo y exterminaba á los

cristianos, desea morir por ellos, les da su vida entera, y se expone constantemente á las fatigas de los viajes y del trabajo, á las persecuciones, al hambre, á la sed, al encarcelamiento, á los azotes, á los naufragios*, a las amenazas, á los tormentos y á mil muertes, para hacer conocer el nombre de Jesucristo y conquistar hijos a la Iglesia; de tal manera, que lo era todo para todos, y se habia como transformado en Jesucristo. Por esto dijo: El Cristo es mi vida: Vivo; pero no soy yo el que vive; es Cristo el que vive en mí:(Gal. II. 20.)

Por la virtud del Cordero que dió su vida por sus ovejas, Pablo se transformó de lobo en cordero, dice S. Agustín: ¿Quién sois, Señor? exclama aquel apóstol apenas convertido. Soy Jesús, á quien persigues. ¿Qué queréis, Señor, que haga? Ya, dice S. Agustín, ya se prepara á obedecer el que antes ejercía todos los rigores de la persecución. El perseguidor se ha convertido en apóstol, el lobo en oveja, y el enemigo declarado en fiel é intrépido soldado:

Ya se ha convertido en vaso de elección para Jesucristo. Ya está lleno de alegría en medio de todas las tribulaciones: (II. Cor. Vil. 4.). Ya se ve arrebatado hasta el tercer cieloRaptum usque ad tertium coelum. (II. Cor. XII. 2.)

San Agustín y Sto. Tomás enseñan que S. Pablo vió en aquel arrebato la misma esencia de Dios. (De S. Paulo.). San Pablo trata las cosas más admirables y sublimes de una manera divina… . Moisés recibió la comunicación de la ley de Dios en la montaña de Sinaí: Pablo fué á buscar en el Cielo los misterios del Eterno. Sé, dice hablando de si mismo, sé que aquel hombre fué arrebatado al Paraíso, y oyó palabras secretas que no le es lícito proferir al hombre:  (II. Cor. XII. 4. )

Nó, añade, nó, el ojo del hombre no ha visto, su oido no ha percibido, ni su corazón ha comprendido lo que Dios ha preparado á los que le aman.

San Dionisio el Areopagita dice que S. Pablo es el sol de las inteligencias.

Pablo, dice S. Crisóstomo, es un Cielo en el que brilla el sol de justicia; es el océano purísimo y profundísimo de la sabiduría:

Pablo es el abismo sin fondo de la sabiduría divina. Es el arquetipo de todos los bienes, añade el mismo padre; Dios le ha confiado toda su predicación, los intereses del universo, todos los misterios y la dispensación universal de las luces y de las gracias.

Pablo, dice S. Jerónimo, es un vaso de elección, la trompeta del Evangelio, el rugido del león, y el río de la elocuencia cristiana: Paulus, vas electionis, tuba Evangelii, rugilus leonis, flumen eloquentiae christianae. (Epist. LXI. ad Pammachum.)

San Pablo es el modelo de todas las virtudes. Instruye á las naciones con sus palabras y sus obras. Como Juan Bautista, es una lámpara ardiente que proyecta una viva luz: Erat lucerna ardens et lux lucens. (Joann. V. 3o.). Su vida es un relámpago, y su predicación un trueno.

Así como el hierro puesto en un horno está candente, dice S. Crisóstomo, S. Pablo, abrasado de amor, es todo caridad. Por esto, ya con sus cartas, ya con sus exhortaciones, ya por sus oraciones, ya por sus amenazas, ya por sí mismo, ya por medio de los suyos, se esforzaba con gran cuidado en animar á los que trabajaban, afirmar á los perseverantes, volver á levantar á los caídos, curar á los heridos, reanimar á los tibios, y vencer á los enemigos: como un jefe excelente, como un gran capitán y un hábil médico, desempeñaba todos los papeles y todas las funciones (1).

Somos, escribe á los Corintios, somos el buen olor de Jesucristo: (SLMG de Montfort HABLA DE OLOR DE MUERTE PARA LOS ORGULLOSOS Y MUNDANOS)

Christi bonus odor sumus. (II. n. 15.). Pablo, dice S. Bernardo, es un vaso elegido; pues contiene efectivamente el perfume más penetrante y el más suave de los olores: Paulus, vas electionis; revera, vas aromaticum, vas odoriferum. (De S.Paulo.)

Pablo es el más perfecto modelo de fe, de esperanza, de amor, de caridad, de humildad, de obediencia, de celo, de abnegación, de paciencia, etc.

Pablo, dice S. Agustín, ha sido constituido Doctor de las nacionesmodelo de los mártires, terror de los demonios, juez indulgente de los culpables, y manantial de todas las virtudes.

Pablo, dice S. Crisóstomo, es un habitante del Cielo, la columna de todas las iglesias, un ángel de la tierra y un hombre del Cielo: Paulus Caeli civis, Ecclesiarum columna, ángelus terrestris, coelestis homo. (Homil. I.de Laud. S. Pauli.)

Cuando diariamente veia las tentaciones y las pruebas que se arrojaban sobre él como avalanjes, dice el mismo padre, Pablo se alegraba, portándose como si se hubiese hallado en medio del Paraíso: Tengo exceso de alegría en todas nuestras tribulaciones, exclamaba: (II. Cor. VIL 4.).

Por lo que á mí toca, escribe á los Gálatas, no quiera Dios que me gloríe si no es en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, y por quien estoy crucificado para el mundo: (VI. 14.)

Cada dia, hermanos, muero por vuestra gloria, en Cristo, Nuestro Señor, escribe á los Corintios: Quotidie morior, per vestram gloriam,fratres, quam habeo in Christo Jesu. (I. XV. 31.). Me hallo en el trabajo y en los cuidados, en las numerosas vigilias, en el hambre y la sed, en los frecuentes ayunos, en el frío y la desnudez; además de estas pruebas de fuera, tengo los cuidados de cada dia, la solicitud de todas las iglesias. ¿Quién es débil, sin ser yo débil? ¿Quién se escandaliza sin que yo arda? (1).

Su celo le llevó á decir á los Romanos: Deseaba ardientemente ser yo mismo anatematizado por el Cristo en pro de mis hermanos: Optabam ego ipse anathema esse á Christo pro fratribus meis. (IX. 3.)

San Crisóstomo leia asiduamente los escritos de S. Pablo, y desenvolvía sus enseñanzas; por cuya razón se le llama boca de oro.

Lleno de celo, de ciencia y de caridad, S. Pablo recorre el mundo y entero, y lo convierte.

Oigamos á S. Crisóstomo: Así como al levantarse el sol, dice, huyen las tinieblas, se ocultan los animales salvajes, y se retiranlos ladrones; ante el brillo de la predicación de S. Pablo, que esparcía el buen olor, se disipaba el error y brillaba la verdad; la idolatría,la embriaguez, el amor á la buena vida, las orgías, el adulterio y los demás crímenes, cuyo nombre no conviene pronunciar, desaparecían, y se desvanecían como la cera que se derrite al calor del fuego, y como la paja devorada por las llamas de un incendio (2).

(Esas COSAS NI SE NOMBREN ENTRE VOSOTROS EFES 5:3)

Encadenad, si podéis, los rayos del sol ó el mismo sol, añade el elocuente arzobispo de Constantinopla: detened su curso; y así como no os será esto posible, tampoco podréis poner límites á la acción de Pablo, que, como el sol, habita el Cielo, y esparce en la tierra los rayos de su luz y de su doctrina. Arrancando las espinas, dice en otra parte, y sembrando siempre la palabra de la piedad, Pablo disipa los errores, trae la verdad, y convierte en ángeles los hombres, y aun de aquellos mismos hombres que eran verdaderos demonios hace espíritus celestes (1).

Con mayor razón que Julio César, podia decir S. Pablo: Veni, vidi, vici.

Dejemos hablar todavía á S. Juan Crisóstomo. Pablo, dice, recorría el mundo entero, y se apresuraba á hacer de todos los hombres fieles subditos de Dios, instruyendo, prometiendo, meditando, orando, suplicando, asustando y ahuyentando á los demonios corruptores de las almas; ya con sus cartas, ya con su presencia; ora consus discursos, ora con sus actos (2).

En la misma homilía se halla el siguiente pasaje: Así como espinas á las que se aplica el fuego se consumen poco á poco, ceden á las llamas, y acaban por ser devoradas, todo cedía á la voz de Pablo, que retumbaba con violencia, más poderosa que un incendio; el culto de los demonios, ahuyentado, desaparecía, y las costumbres nacionales, y el furor de los pueblos, y las amenazas de los tiranos, y las emboscadas domésticas, y las malignas maniobras de los falsos apóstoles.

Así como al levantarse el sol todo se hace visible, la tierra, el mar, las montañas, las ciudades y la vasta extensión de las campiñas, á la llegada de Pablo, todo se hace visible, etc. (3).

Pablo se manifiesta más fuerte que las dificultades que le rodean, dice S. Cipriano: prisionero, fué superior á los que le tenían cautivo; echado en el suelo, fué más grande que los que estaban de pié; cargado de cadenas, tuvo más firmeza que los que le habian encadenado; juzgado, hizo palidecer á sus jueces con su majestad (4).

No nos cansemos de citar á S. Crisóstomo, y estudiemos el admirable retrato que hace del apóstol que justamente se distingue con el renombre de Grande. Pablo, dice, fué un vaso de elección, el templo de Dios, la boca de Cristo, la lira del Espíritu Santo, y el Doctor del universo; recorrió la tierra y el mar, arrancó las espinas de los pecados, y esparció la simiente de la Religión. El fué más opulento que los reyes, más poderoso que los ricos, más filósofo que los mismos filósofos, y más elocuente que los oradores; no tenia nada, y todo lo poseía; su sombra resucitaba los muertos; sus vestidos hacían desaparecer las enfermedades; erigió trofeo sobre las olas; fué arrebatado hasta el tercer Cielo; entró en el Paraiso, y fué el apóstol por excelencia de la Divinidad de Jesucristo. El dijo: Aunque nada puedo echarme en cara, no soy por esto justificado. (/. Cor. JV. i.). Viviendo en la tierra, se portaba siempre como si hubiese disfrutado siempre de la sociedad de los ángeles; pues cautivo todavía y sujeto al sufrimiento y á la muerte, tenía la perfección de ellos; sujeto á tantas fragilidades, se esforzaba en no manifestarse inferior en nada á las virtudes celestiales. Como si hubiera tenido alas, recorrió el mundo entero, esparciendo por todas partes sus enseñanzas; como si hubiese sido incorpóreo, arrastró todas las fatigas y peligros; como si hubiese poseído ya la bienaventuranza del Cielo, despreció todas las cosas de la tierra; como si hubiese vivido entre las inteligencias puras, lavó la vigilancia de una alma dueña de sí misma por la intención.

En verdad, el cuidado de las diferentes naciones ha sido encomendado á los ángeles; pero ninguno de ellos ha ejercido sobre el pueblo confiado á su cuidado un dominio semejante al que Pablo ejerció en el universo.

La nación judáica fué confiada al arcángel Miguel; pero las tierras, y los mares, y todos los lugares habitados del globo lo fueron á Pablo. ¿Cómo no admirarse y sorprenderse al ver que una palabra salida de una boca mortal ahuyentaba la muerte, destruía los pecados, disipaba las tinieblas de la ceguedad, y con un cambio maravilloso convertia la tierra en Cielo? 

San Pablo brilló con muy grandes, muy públicos y numerosísimos milagros- Dios, dicen las Actas de los Apóstoles, obraba por mano de Pablo virtudes no comunes; de suerte que basta al poner sobre los enfermos paños y vestidos que habían tocado su cuerpo, quedaban curados de sus languideces, y salían de ellos los malos espiritus (I).

San Crisóstomo atestigua que tanto la sombra de S. Pablo como la de S. Pedro curaban nó sólo de repente á los enfermos, sino que resucitaban á los muertos. (Homil. X.)

San Pablo tuvo á un grado perfectísimo el dón de las lenguas y el de profecía. Fué arrebatado al tercer Cielo. No cesó de hacer milagros, y su misma vida fué un grandísimo y continuo prodigio.

Su conversión fué única en los fastos de la Iglesia, y convirtió millares de infieles. Su muerte fué la mas bella de las muertes: murió mártir Y finalmente, desde el testimonio que tributó á Jesucristo con el precio de su sangre, ha obrado estupendos  milagros, y los obra todavía.

El martirio de S.Pablo fué gloriosísimo; porque fué condenado á muerte: i.* en el imperio de Nerón, el más cruel dé los hombres; 2.° en Roma, capital del mundo; 3.° por causa de la castidad, puesechaba en cara á Nerón, aquel monstruo coronado, su vida impura; 4. "cuando fué cortada su cabeza, no brotó sangre, sino leche, símbolo* de inocencia y de caridad; 5." convirtió á sus verdugos; 6." su cabeza tocó tres veces, al caer, la tierra, como por saltos, y allí brotaron tres fuentes. El lugar en que se encuentran es muy célebre en Roma; 7." su tumba atrae una inmensa multitud de devotos; 8." en el lugar en que fué martirizado, muchos Santos oraron para obtener el martirio; y lo consiguieron. Jesucristo habia dicho á Ananías: Le manifestaré cuanto ha de sufrir por minombre-. Ego ostendam Mi quanta oporteat eum pro nomine meo pali. (Act. IX. 16.). El que habia querido borrar el nombre de Jesucristo de la faz de la tierra, tuvo que sufrir para darle, á conocer y hacerle" glorioso, dice S. Agustín. ¡0 misericordioso rigor!

Toda la vida de S. Pablo, desde su milagrosa conversión, no fué más que un largo y precioso martirio.


NOTAS: *Sobre la elección de los Apóstoles recomendamos leer el documento "Dios quiso nacer de estirpe real para reunir en su persona todos los géneros de grandeza" en Nobleza.org

** El libro "Tesoros de Cornelio a Lápide" puede descargarse por internet.

San Pablo fue también el Apóstol de la Resistencia filial por amor al Papado y a la Iglesia (Gál. II). Que ruegue por nosotros,  por la Santa Iglesia, el Papado y la Cristiandad.

 

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